Este domingo se cumplen dos años de la llegada al poder de Nicolás Maduro, y se enfrenta a una grave crisis social y económica en Venezuela. En este tiempo, Maduro no ha logrado controlar ni la violencia en las calles, ni la progresiva caída del nivel de vida de sus ciudadanos.
Han sido dos años marcados por un claro deterioro en la calidad de vida de los venezolanos. Las colas en los supermercados, la escasez de productos básicos han hecho de Venezuela un país ahora más pobre.
Esa escasez de oferta se refleja en el dato de la inflación. Cuando Maduro asumió el poder en 2013 era del 20%, actualmente se ha disparado al 68,5%.
Las expectativas además no son muy optimistas, ya que el Fondo Monetario Internacional estima que este 2015 la economía venezolana va a sufrir una contracción del 7%.
El gobierno de Maduro culpa de esta situación económica a los opositores a su régimen, con apoyos -según él- del extranjero, y no ha dudado en meterles en la cárcel. Algunos de ellos, como Leopoldo López, está en prisión desde febrero del año pasado, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, que fue detenido el pasado 20 de febrero.
Estos hechos han suscitado una amplia condena internacional. Una muestra de ello es la declaración promovida por José María Aznar el pasado 9 de abril por la libertad en ese país. Un documento firmado por 28 expresidentes iberoamericanos y que provocó la ira de Maduro.
Salvo Zapatero, Maduro ha embestido contra los últimos expresidentes españoles. También contra Felipe González, quien además se había ofrecido para defender en Venezuela a los opositores encarcelados.
Mariano Rajoy tampoco se ha librado de los ataques verbales del líder bolivariano. La entrevista del presidente español con la esposa del opositor Leopoldo López el pasado mes de octubre ha desencadenado otra furibunda reacción de Maduro, quien no ha dudado en amenazar a nuestro país con "respuestas integrales" después de que el Congreso exigiese esta semana la liberación de todos los opositores encarcelados.
