La policía aumentó casi un tercio su presencia en la capital británica, que vivió su cuarta noche de disturbios en medio de una tensa calma, sin que a media noche se hubieran registrado incidentes, en contraste con la noche anterior, cuando 6.000 agentes no pudieron evitar un maratón de saqueos e incendios por toda la ciudad.
Las calles de Londres se vaciaron tras anochecer y cines, teatros, pubs y numerosos comercios cerraron de manera preventiva ante el temor de que se repitieran los violentos disturbios.
En el centro de Manchester, una ciudad al norte de Inglaterra con 500.000 de habitantes, se vivió el enfrentamiento de casi dos mil jóvenes con la policía además del saqueo e incendio de varias tiendas lo que hizo que se suspendiera el servicio de transporte público en tranvía y que sus calles más céntricas fueran tomadas por las fuerzas de seguridad.
Un centenar de jóvenes llevó acabo además varios robos y asaltos de tienda mientras jugaban "al ratón y al gato" con la policía que los perseguía por la zona más comercial de la ciudad.
En Birmingham, la segunda ciudad más poblada del Reino Unido, se registraron disturbios por segundo día consecutivo con grupos de jóvenes asaltando tiendas y enfrentándose a la policía. Una situación muy parecida se vivió también en West Bromwich, una localidad cercana a Birmingham, donde ardieron varios vehículos.
En Nottingham, al norte del país, una comisaría fue incendiada por un grupo de unos treinta jóvenes, diez de los cuales fueron detenidos. La policía, que fue duramente criticada hoy por su incapacidad para acabar con la violencia incontrolada durante cuatro jornadas, confirmó que ya han sido detenidas 563 personas, y que 105 han sido acusadas formalmente por su implicación en los disturbios de la capital británica.
Además, Scotland Yard publicó en su página web fotografías de distintos sospechosos de participar en los altercados de Londres y pidió la colaboración ciudadana para identificarlos.
En los próximos días, la policía publicará más imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia que abundan en las calles de Londres, y espera aumentar el número de detenidos.