Investigan una estafa en la que falsos inquilinos organizan marcrofiestas en casas rurales y se van sin pagar

Los Mossos investigan 5 fiestas ilegales en masías del interior y del litoral de Cataluña. Celebraciones que, además de no cumplir con las medidas sanitarias, se convierten en estafas. Antena 3 Noticias ha hablado con un propietario al que le alquilaron su casa rural para montar una macrofiesta y que, además, ha tenido que pagar 5.000 euros en arreglar los desperfectos.

Se trata de falsos inquilinos que montan macrofiestas y se van sin pagar. En Cataluña, se han detectado 5 casos con la misma manera de actuar. Los estafadores contactan con los propietarios a través de portales web asegurando que quieren pasar unos días en familia en una casa aislada y en plena naturaleza, pero la realidad es muy diferente: alquilan habitaciones para montar fiestas ilegales.

Lluís se ha encuontrado su casa destrozada después de alquilarla para unas cortas vacaciones. Está llena de basura, cristales rotos y con las puertas reventadas. Cuenta que había deshechos por todo el suelo, la televisión no estaba y les han robado hasta algunos electrodomésticos. Es el resultado de una fiesta ilegal para más de 150 personas. Al volver, se encontró su casa llena de botellas del alcohol y restos de droga. Algo que no tenía nada que ver con el acuerdo al que llegó con la arrendataria.

Documentación falsa

"Nos contactan a través de la web de una forma normal. Una persona que dice que quiere pasar una semana en la casa con su familia y que necesitan estar solos", explica. Pero este propietario no llegó a sospechar de que se trataba de una estafa y de que nunca recibiría el pago. Le enviaron unos documentos falsos de transferencias desde el extranjero, pero la voz de alarma la dio la empleada de la limpieza que se encontró con una fiesta descontrolada e inmediatamente llamaron a la Policía.

Guillem Goset, caporal de la Unidad de Proximidad de los Mossos d'Esquadra explica que estos estafadores "buscan una casa rural, lo más grande posible, para poder organizar una fiesta y, a poder ser, cobrar entrada y lucrase".

En la fiesta que organizaron en la casa de Lluís, la gente que había acudido decía que habían pagado por cada habitación 400 o 500 euros, además de todas las consumiciones. Argumentaban que, por ese motivo, tenían derecho a estar allí. Sin embargo, los falsos inquilinos a él nunca le llegaron a realizar ningún pago. Después de un año sin reservas, lo que parecía un respiro se ha convertido en un infierno que le ha costado hasta 5.000 euros en daños.

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