Veinte personas pasaron la noche dentro de una cabina de un teleférico en las cercanías del castillo de Neuschwanstien, en el estado alemán de Baviera, después de que otro accidente paralizara su funcionamiento.
Un parapente tripulado por dos personas y su posterior enredo en el cable del teleférico provocó que el mecanismo del transporte dejara de funcionar, y como consecuencia de ello que varias cabinas quedaran bloqueadas.
Dieciocho horas en total, estuvieron encerradas veinte personas que posteriormente vivirían un rescate espectacular. Las personas atrapadas fueron sacadas de las cabinas colgándolas de cuerdas y llevándolas en helicóptero a tierra firme.
La oscuridad y un fuerte viento complicó la operación y algún momento tuvo que interrumpirse el rescate por lo que los ocupantes de una última cabina tuvieron que esperar al amanecer.