Algunos rebeldes han prendido fuego a alimentos y medicinas y podrían haber matado a trabajadores de ONG en Somalia, donde 3,7 millones de personas están hambrientas, en el marco de una campaña para extorsionar a las organizaciones de ayuda humanitaria, según un informe del Grupo de la ONU de Observación de Somalia y Eritrea.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU retrasó hoy, por motivos de seguridad, la distribución de la ayuda humanitaria urgente transportada ayer desde Nairobi a Mogadiscio para combatir la hambruna en el país.
Fuentes del PMA, que guardaron el anonimato, aseguraron en la capital somalí que el reparto de esos alimentos, destinados especialmente a niños malnutridos, se había pospuesto "por razones de seguridad" no especificadas, mientras se registraron hoy en la ciudad enfrentamientos entre tropas gubernamentales e insurgentes.
Más de 5.000 familias aguardaron hoy en Mogadiscio, sin éxito, la distribución de comida especial para niños desnutridos. "Estuvimos esperando la ayuda en largas filas. Hacía mucho calor.
Nos dijeron que la distribución se había retrasado, pero no nos especificaron cuándo la harían llegar", lamentó Huburow Gabow Kulow, madre de cinco niños. "Sólo las madres que han perdido hijos y todavía temen perder los que les quedan vivos pueden percibir que cada segundo de retraso significa que más niños morirán", añadió Kulow.
Las proporciones de la crisis humanitaria en Somalia, donde se ha declarado una hambruna, son "absolutamente dramáticas" reconoció hoy el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, quien lamentó la escasa capacidad de respuesta que ha tenido la comunidad internacional hasta ahora.
"Estamos angustiados porque lo que hacemos no es suficiente cuando miramos la dimensión de la tragedia. Estamos ante un drama humanitario de proporciones no conocidas", sostuvo en una entrevista.
En el campamento de refugiados de Dollo Ado (Etiopía), la tasa de mortalidad llegó a alcanzar los 7,4 decesos diarios por cada 10.000 personas (una emergencia es declarada cuando se llega a una muerte por cada 10.000).
En el sur de Somalia, la zona más afectada por la sequía, la tasa de malnutrición aguda alcanza hasta el 82 % y la mortalidad entre los menores de cinco años es de 4 por cada 10.000 en todas las áreas de las que existen datos.