Producir a pérdidas

"Regalo 80.000 kilos de sandías": el drama de un agricultor que no consigue vender su producción

Los agricultores de los invernaderos lamentan que les pagan en origen mucho menos de lo que les cuesta cultivar. “No podemos competir con los costes de producción del norte de África”.

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"La gente entraba en el invernadero y llenaba de sandías el maletero de sus coches". Manuel ha cultivado este año 100 toneladas de esta cucurbitácea. Pero no se las compran. Así que ha decidido regalar 80.000 kilos y malvender el resto al mejor postor. Contemplamos su invernadero con las esferas verdes asomando a ras de suelo. Sandías de 8, 10, 12 kilos que corren el riesgo de pudrirse. El coste de producción supera con creces lo que le pagan por ellas, y culpa sin disimulo a las que entran de terceros países, sobre todo del norte de África. Su teoría: el mercado está saturado y no pueden competir con los precios de las sandías de Senegal o Marruecos.

“Intentaré malvender los 20.000 kilos que me quedan. Y si no, los regalo también”

A Manuel le quedan 20.000 kilos sin cortar. Intentará venderlas en plan “low cost” a quien quiera acercarse. Si no lo ha conseguido antes del sábado, las regalará también. Calcula que en esta campaña ha perdido cerca de 30.000 euros. Un hombre empuja una carretilla cargada de las sandías que cultiva Manuel. Se las ha comprado por 20 euros el kilo. Cada una de ellas le costaría unos 12 euros en el súper: un negocio redondo para él… y una ruina para el productor: “entiendo su preocupación, pero él necesita venderlas y para mí es una ocasión. El beneficio es mutuo”.

“Producir 1 kilo de pepino nos cuesta 60 céntimos, y nos los están pagando a 11”

El problema de la sandía se extiende en estos días en la producción de pepino bajo plástico. Varios agricultores de este campo de Motril se acercan para mostrarnos sus facturas. David arranca con rabia los pepinos de las matas y los arroja al suelo. Ayer se los pagaban a 7 céntimos, pero el día 2 el precio bajó hasta los 5 céntimos el kilo: “Plástico, agua, abono, semilla, transporte… a nosotros nos cuesta unos 60 céntimos producir cada kilo de pepinos”. Esta hortaliza la encontrará usted en el lineal a unos 2 euros el kilo: “Nosotros pagamos 7 u 8 euros la hora a los jornaleros. En Marruecos les pagan 4 por la jornada entera, de sol a sol. Por no hablar de los controles fitosanitarios que nos exigen en la UE”. Imposible competir.

Otro agricultor contempla su aplicación de la cotización diaria de este vegetal. Es una montaña rusa. Un día llegó a los 39 céntimos el kilo, pero desde hace unas semanas, la gráfica cae en picado. “¿De qué me sirve una ley de cadena alimentaria que prohíbe vender a pérdidas si cada día tenemos que vender a pérdidas?”, lamenta.

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