Cosecha de Droga
La Guardia Civil vigila a los "vampiros" del opio, turistas temerarios que inundan los campos de Castilla-La Mancha en primavera
Se denomina Papaver somniferum. Es la adormidera, la amapola blanca que en primavera cubre de manera silvestre campos y cunetas de Castilla-La Mancha, sobre todo en la provincia de Toledo. Jóvenes de España y otros países de Europa llegan para recolectarla. Su objetivo, extraer el opio de la planta para consumo propio o para traficar con este estupefaciente.

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España es una de las principales productoras de opio "legal" con destino a las farmacéuticas. El viento esparce las semillas de estas plantaciones "secretas", que acaban creciendo de manera silvestre en las zonas cercanas. Los llamados vampiros o ladrones del opio consiguen localizarlas. La Guardia Civil de Toledo ha desarrollado un dispositivo especial de vigilancia frente a los llamados "amapoleros". Jóvenes que acampan con autocaravanas y tiendas en medio de los campos de Castilla- La Mancha para recolectar la amapola blanca y hacerse con su opio, el fruto de esta adormidera que crece de manera silvestre. Se trata de un turismo temerario. Dos jóvenes han fallecido en los últimos años en la provincia de Toledo por sobredosis tras ingerir opio después de haberlo recolectado. La savia de la planta tiene un alto contenido en alcaloides. Se obtiene de ella opio, del que puede derivar la morfina, codeína y heroína. Las lluvias y el poder de convocatoria de las redes sociales han hecho que esta primavera aumente el número de recolectores.
El teniente Antonio Ruiz, de la primera Compañía de la Guardia Civil de Toledo, asegura que este tipo de recolectores utilizan sus vacaciones para conseguir opio en estos campos. Según él, se enfrenta a una falta por consumo e, incluso, a un delito por tenencia de estupefacientes si las cantidades que llevan son elevadas. La Guardia Civil identifica a estos “amapoleros” y controla los asentamientos en los que se establecen.
Más Espejo ha estado en varios de estos campamentos de recolectores en las poblaciones toledanas de Argés, Menasalbas y Polán. Hemos hablado con ellos. Nos reciben con reticencias, y nos insisten en que son gente “pacífica”. “Nos estamos portando bien, parece. Cuando menos sepa la gente mejor. Aquí, al final, estamos sacando droga. Pero, en realidad, es como la gente que se va a por champiñones o espárragos. Es la misma cosa, es una cultura silvestre”, nos afirma este “amapolero” que ha llegado a la localidad toledana de Argés con su autocaravana procedente de Italia.
Estos jóvenes localizan las adormideras, realizan unos pequeños cortes en su capullo con una cuchilla. Después, dejan que la flor se oxigene durante unas horas para poder extraer el látex que luego consumen. Unos lo fuman y otros lo ingieren directamente. Una de las chicas del asentamiento nos confiesa que para ella la recolección de amapola blanca silvestre es un trabajo. “Ayer, de dedicamos unas doce horas a la recogida. Es una labor diferente, al aire libre, con la que también podemos ganar algún dinero”, asegura. Parte de los “ladrones” del opio utilizan el estupefaciente para consumo propio, pero otros nos admiten que logran cantidades considerables con las que acaban traficando.
La Guardia Civil ha identificado a varios “turistas” del opio estos días. “Vienen de Francia, Italia y Países Bajos, pero también hay españoles”, comenta el Teniente Antonio Ruiz, quien supervisa la identificación de varios “amapoleros” por parte de una brigada de la Guardia Civil.
Encontramos una autocaravana en medio de la nada. Allí vive Sami, un francés que no esconde que se dedica a la recogida de opio a diario. “Yo tengo dolores por artrosis y el opio me va mucho mejor que muchos fármacos. Ingiero al día un poco del látex y así consigo levantarme cada mañana sin dolor y con la cabeza siempre bien”, apostilla.
Le insistimos en la peligrosidad del consumo y le recordamos que hay muertos por sobredosis. “Yo tomo muy poco, pero la gente que ingiere más cantidad estoy seguro de que le duele mucho el estómago y acaba vomitando. No veo sencillo que alguien pueda llegar a morir por consumirlo”, asegura.
Nos confiesa que es adicto al opio y advierte que las redes sociales han aumentado el efecto llamada de quienes buscan la Papaver somniferum. “ La gente sabe dónde crecen las amapolas. Vienen cada primavera a buscarlas, pero cada año hay más amapoleros que se suman a esta recolecta de la adormidera”, apostilla.
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