El hecho conmocionó a la comunidad católica de Perú y el Arzobispado Metropolitano de Trujillo suspendió de las funciones sacerdotales al cura envuelto en el escándalo y anunció una investigación del caso. Por su parte, el religioso, ha manifestado que le tendieron una trampa.
Fue el marido quien les pilló. Un día se acercó sigilosamente hacia la sacristía y allí se le confirmaron todas sus sospechas. Su mujer y el sacerdote estaban manteniendo relaciones sexuales.
El hombre permaneció escondido, en silencio, unos instantes hasta que se armó de valor y sorprendió a los amantes. Sin aún poder creerse lo que pasaba, el esposo engañado reprochó al cura y a su esposa la infidelidad mientras ésta se vestía y se limpiaba las vergüenzas.
El párroco no podía más que entonar el mea culpa, pero se escusaba con el pretexto de la debilidad. Su esposa, ni le miraba a la cara. Empleada y sacerdote llevaban manteniendo una relación desde hacía un año.
Despedida de la parroquia, la mujer ha afirmado en una televisión local de Perú que fue el cura quien la acosó sexualmente. Sea o no verdad, el párroco se ha ofrecido a someterse a una prueba de paternidad. Un escándalo que ha indignado a la Iglesia peruana, que ya ha suspendido a su miembro de sus funciones sacerdotales.
