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LA SAL YODADA, AGOTADA

La psicosis por la alerta nuclear se extiende por todo el mundo

China, al igual que Alemania, hace acopio de pastillas de yodo y EEUU se prepara. Algunas partículas llegarán este viernes a territorio estadounidense aunque en cantidades muy bajas.

El pánico no tiene fronteras. En California se agotan las reservas de tabletas de yodo para prevenir el cáncer de tiroides, el más común es caso de contaminación radioactiva. Los expertos dicen que es improbable que la nube tóxica procedente de Fukushima cruce hasta la costa oeste norteamericana.

A pesar de esos mensajes de tranquilidad, todo está listo para cualquier eventualidad. El miedo también ha llegado a China. En ciudades como Beijing, Shangai, Nankín, Cantón, buscan sal como el mejor antídoto contra la radiación. La gente se agolpa en los supermercados y todos se dirigen a las mismas estanterías, a los lineales donde se encuentra la sal yodada.

El pánico se apodera de una población que no quiere escuchar a los expertos: dicen que la proporción de yodo que contiene la sal es mínima, se necesitarían al día tres kilos de sal para prevenir la radioactividad.

Temen también que el mar se contamine y que en un futuro la sal sea nociva para la salud. No sólo la sal contra el miedo, también las mascarillas.
La alerta llega hasta Rusia. En un pueblo costero los niveles de radiación subían en las últimas horas, sin sobrepasar niveles peligrosos.

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