Así se salvaron algunas de las víctimas del ataque al centro comercial de Nairobi

Pasaron cuatro largas horas haciéndose los muertos a los pies de la barra de un bar.

Una madre y sus dos hijos, víctimas del ataque al centro comercial de Nairobi, salvaron así su vida.

La madre convenció a sus dos hijos de que no debían moverse cuando los terroristas tomaron el centro comercial.

Un policía, de paisano, buscaba supervivientes. Subió una planta y se arrastró hacia el lugar donde se refugiaba la familia. Alargó su mano para comprobar que estaban vivos. Pero no se movían.

Se acercó para convencerles de que era amigo y debía sacarles de allí. El niño, protegido por su madre, levantó la cabeza. Ella, que se llama Fe, desconfiaba.

Tras unos segundos, el policía logra poner en pie a la niña. La madre sigue sin atreverse a abandonar su refugio. Finalmente, escapa junto a sus hijos a un lugar seguro.

Pasaron cuatro horas paralizados por el miedo. Como ellos, con la llegada de los militares, cientos de clientes y trabajadores abandonaron sus escondites improvisados en cualquier hueco o tras unos frágiles escaparates.

Las fuerzas de seguridad condujeron a los rehenes hacia la salida. Sangre, heridos y cadáveres salpicaban el camino. En sus caras de terror se medía la gravedad de lo que habían vivido.

El peor ataque terrorista que ha sufrido Kenia en los últimos quince años.