La mayoría de las empresas japonesas considera que los Juegos Olímpicos deberían cancelarse o posponerse

Los Juegos Olímpicos de Tokio están cada día más cerca y el 70% de las empresas japonesas no quieren que se celebren, al menos, por ahora. Según una encuesta de Reuters, los empresarios han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que el evento empeore la situación de coronavirus en el país.

Actualmente, el sistema médico en Japón se encuentra bajo una gran presión. De hecho, esta petición se suma a las de las asociaciones de médicos que consideran que la presión del sistema sanitario ya es bastante alta. Por otra parte, el ritmo de vacunación del país también está siendo muy lento (sólo el 4% de los japoneses han recibido la vacuna contra la COVID-19), por lo que los empresarios y los médicos de la zona creen que podrían acarrear consecuencias graves para la evolución de la pandemia tanto en Tokio como en el resto del país.

Quedan 9 semanas para los Juegos Olímpicos, pero la evolución del coronavirus en Japón no acompaña a que se den las condiciones óptimas para celebrarlos con total tranquilidad y seguridad. Actualmente se han impuesto estados de emergencia en gran parte de Japón hasta finales de este mes porque ha habido un aumento en los contagios, lo que se ha traducido en la escasez de personal médico, además de la falta de camas de hospital en algunas áreas.

Cancelar o aplazar

Según la encuesta de Reuters, del 70% de dichas empresas niponas, el 37% quiere cancelar directamente los Juegos y el 32% considera que deberían aplazarse.

El sondeo se realizó en febrero y el 29% dijo que sería conveniente cancelarlos, mientras que el 36% estaba a favor de un retraso."No hay forma de que los Juegos Olímpicos sigan adelante en las circunstancias actuales", explicaba en la encuesta un gerente de una empresa de metales. "Nada de lo que hace el gobierno parece estar bien planeado. Todo lo que parece estar haciendo es difundir ansiedad".

Mientras tanto, el Gobierno y el Comité Olímpico continúan adelante con las fechas previstas, del 23 de julio al 8 de agosto. Argumentan que si se cancelan, las empresas perderán importantes cantidades de dinero.

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