Investigador del CSIC
El vulcanólogo Vicente Soler asegura que las 'bombas volcánicas' "son normales y pueden tener el tamaño de un coche"
El vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Vicente Soler, destaca que es difícil predecir cuánto durará la erupción volcánica en La Palma (Canarias). Mantiene que el volcán ha entrado en una fase de erupción plena y la cantidad de lava es tan elevada que hay más coladas discurriendo por nuevos territorios.
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Vicente Soler, vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) señala que desde el principio de la erupción del volcán de Cumbre Vieja (La Palma) todo hacía prever que se trataba de un proceso que duraría un largo tiempo. "Desde el principio de la erupción se informó de una gran cantidad de Co2 emitido a la atmósfera y esto ya preconizaba que la erupción era grande. Ahora ha alcanzado una fase de erupción plena, cada vez que hay una realimentación se caracteriza por un pulso de actividad que hasta ahora ha producido derrumbes parciales y el de anoche fue uno más", señala Soler sobre el reciente derrumbe del cono.
Considera favorable el hecho de que la lava fluya por la fajana. Esto determina que hay un nexo de unión entre la boca de emisión y el desagüe al mar "pero la tasa es tan elevada que hay nuevas coladas discurriendo que afectan a un nuevo territorio. Es la crónica de una actividad incesante".
Señala Soler que el empuje del magma es tal que con la erupción del magma todavía se sigue levantando el suelo, deformando la isla. "Esto cesó hace una semana hay pequeños signos de una leve deflación pero el sistema manifiesta que continua alimentando el proceso. Es difícil tratar de establecer algún parámetro de duración del volcán".
Recuerda el del CSIC que en 1736 una erupción volcánica arrasó un tercio de la superficie de las islas Canarias y de Lanzarote y más de una decena de pequeños núcleos poblacionales desaparecieron. "Todoque es lo que estamos sufriendo ahora pero en nuestra historia reciente hay muchos ejemplos de esto".
El vulcanólogo cree que es necesaria una planificación del territorio basada en la percepción del riesgo. Sí cree que el espacio entre erupciones es de 40 años y eso hace que la percepción del riesgo decaiga.
Recientemente un grupo de investigadores han tenido que abandonar el terreno ante la caída de 'bombas' volcánicas, rocas de magma de gran tamaño. Señala Soler que estas bombas volcánicas, que pueden tener el tamaño de un coche, son frecuentes. En cuanto a la calidad del aire, el SO2, un gas perjudicial para la salud, se inyecta en las capas altas de la atmosfera y es la profusión de ceniza en su fracción más fina lo que está sobrepasando o acercándose a los umbrales permisibles.
Puedes ver la entrevista completa al vulcanólogo Vicente Soler en Espejo Público a través de Atresplayer.
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