Publicidad

PARA EVITAR LA SUSPENSIÓN DE PAGOS

La Casa Blanca vuelve a alejar la posibilidad de un acuerdo con los republicanos

El grupo republicano de la Cámara de Representantes propone una tregua al Gobierno a cambio de retrasar uno de los impuestos de la ley sanitaria durante dos años. La Casa Blanca lo considera "inaceptable", como ya lo hicieron los demócratas al entender que no debe haber consesiones.

La Casa Blanca ha calificado como "inaceptable" el proyecto de ley anunciado por el grupo republicano de la Cámara de Representantes para evitar la suspensión de pagos en el país, según informó en un comunicado. Ese texto es paralelo al que perfilan ese partido y el demócrata en el Senado con el objetivo de reabrir la Administración federal.

Barack Obama ha dicho en repetidas ocasiones que los miembros del Congreso no pueden exigir un rescate por el cumplimiento de sus responsabilidades básicas para aprobar un presupuesto y pagar las cuentas de la nación, ha dicho la portavoz adjunta, Amy Brundage. "Por desgracia, la última propuesta de los republicanos de la Cámara (de Representantes) hace precisamente eso, en un intento partidista de apaciguar a un pequeño grupo de republicanos del Tea Party, que obligó al cierre de la Administración federal", añadió la portavoz.

Sin embargo, la Casa Blanca subraya que los demócratas y republicanos del Senado están trabajando sobre una propuesta bipartidista "de buena fe" para poner fin a una "crisis fabricada que ya ha perjudicado a familias y empresarios estadounidenses". El presidente necesita que, de llegar el proyecto del Senado a la cámara baja, todos los demócratas lo apoyen por unanimidad.

Según informan medios estadounidenses, los republicanos de la Cámara baja están elaborando un texto que contemplaría la financiación temporal del Gobierno (el presupuesto federal) hasta el 15 de enero y elevaría el techo de la deuda pública hasta el 7 de febrero a cambio de retrasar uno de los impuestos de la ley sanitaria durante dos años. Este proyecto, que será votado este miércoles, está inspirado en el que propuso la senadora republicana Susan Collins la semana pasada en la Cámara alta, y que fue rechazado por los demócratas al entender que no debe haber concesiones adicionales, como la referida a la ley sanitaria, por desbloquear la financiación de la Administración.

Los líderes del Senado, el de la mayoría demócrata, Harry Reid, y el de la minoría, Mitch McConnell, se hicieron cargo de las negociaciones después de que las conversaciones entre el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, y el presidente, Barack Obama, quedasen en punto muerto la semana pasada. Reid y McConnell dijeron el lunes que estaban acercando posturas y se mostraron optimistas de poder alcanzar un acuerdo a lo largo de la semana.

Aunque han sido pocos los detalles que han trascendido del texto que se considera en el Senado, The Washington Post adelantó que también prorrogaría la financiación federal hasta el 15 de enero, un periodo que permitiría a ambos partidos negociar con más calma sobre los presupuestos y la reducción del déficit a largo plazo, algo que se les ha resistido durante más de cuatro años. Para ello se crearía un comité presupuestario bicameral que debería presentar sus resultados antes del 13 de diciembre, según la propuesta que ahora está a negociación en la Cámara alta.

El Congreso tendría entonces hasta mediados de enero para afinar una estrategia fiscal y de gasto que sustituya a los recortes automáticos que comenzaron a aplicarse en marzo de este año y que desencadenarán una segunda ronda de reducción del gasto a comienzos de 2014. Según la ley presupuestaria actual, los recortes automáticos rebajarían las asignaciones presupuestarias previstas en 19.000 millones de dólares, hasta unos 967.000 millones de dólares, para el ejercicio fiscal, iniciado el pasado día 1.

Los demócratas han intentado sustituir los recortes automáticos con ahorros mejor distribuidos y compaginarlos con un aumento de los ingresos fiscales, mientras que algunos republicanos quieren que se mantengan los recortes, siempre que recaigan con más peso sobre el gasto social.

Publicidad