"Tolerancia cero", es la estrategia de la policía alemana frente a los activistas antinucleares. Algunos grupos han conseguido romper el cordón policial, en zonas próximas al destino final del tren castor. El convoy, con 11 contenedores, carga material con basura radiactiva.
Pese a las fuertes medidas de seguridad han logrado parar el tren durante unas horas y de hecho, algunos activistas han dormido en las vías. La policía ha tardado unas seis horas en desencadenar a un grupo de ecologistas que se ha atado con un complejo mecanismo de hormigón.
Los activistas también han levantando barricadas en las carreteras próximas a Gorleben, lugar donde se pretenden almacenar temporalmente las 2.500 toneladas de deshechos radiactivos.
Finalmente, los manifestantes han sido sacados, en volandas por la policía. Se espera la llegada de los residuos tóxicos a su destino final, Gorleben. Y es que ya es una tradición de muchos años que cientos de personas se manifiestan para impedir la ruta del Tren Castor y cada año, los agentes logran, con esfuerzo, despejar el camino.