Un año de guerra en Ucrania

Natasha, refugiada de la guerra de Ucrania en Zaragoza: "No lloro delante de mis hijos, tengo un 'horario de lágrimas'"

Cuando la guerra estalló en Ucrania Natasha decidió coger a sus dos hijos y a su suegra y trasladarse a España "para salvarles la vida". Vive en Zaragoza, donde además trabaja y ha podido ofrecer una vida sin guerra a sus niños. Pide paz y reencontrarse con los suyos este 2023.

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Natasha Ivzhenko fue uno de los primeros testimonios del pueblo ucraniano en guerra que cruzó nuestras fronteras. Esta madre de 2 hijos, que habla perfecto español, retransmitió desde el primer momento el horror de la guerra que Rusia inició en Ucrania hace un año. Después de semanas de miedo y pesadilla en Ucrania decidió viajar a España. Ella no quería dejar allí a los suyos pero su marido insistió en que salieran del país.

Un día se montó en el coche con sus dos hijos y su suegra y salió del país en un largo viaje con avería de coche incluida. Natasha no quiere llorar delante de sus hijos y solo lo hace en privado en lo que denomina su 'horario de lágrimas': después de las 23.00 horas puede permitírselo porque los niños están durmiendo y no la ven.

"Yo fui la única que pudo salir del país y salvar la vida de mi familia"

Nunca imaginó que la guerra se tornaría tan violenta. Nunca imaginó que las fuerzas rusas iban a bombardear los hospitales infantiles, que iban a matar a los civiles o que iban a violar a las mujeres ucranianas. "El odio se convirtió en mi fuerza. La fuerza que tengo no es solo por mis hijos, también por todos los que estaban detrás mío. Yo fui la única que podía salir del país y salvar sus vidas", afirma.

Asegura que "los ucranianos no luchan porque odien a los que tienen delante, sino porque quieren mucho a los que están detrás". Salió del país sin saber qué iba a pasar. En ese viaje pasó más de 20 barricas en las que les revisaban la documentación y el vehículo. "Yo me desconecté, sabía que hasta las 20.00 horas tenía que llegar a Leopolis y lo conseguí", recuerda.

Escogió España como destino porque pensó que sería fácil encontrar un trabajo

Decidido venir a España porque para ella era importante poder encontrar un trabajo para mantener a su familia y hacer donaciones a fundaciones de ayuda a los damnificados de la guerra. La empresa para la que ella trabajaba tiene sede en España y Natasha se ha asentado en la ciudad con sus dos hijos y su suegra. Recuerda que cuando llegó a Zaragoza le dieron las llaves de su casa y un puesto de trabajo y desde ahí se ha tenido que buscar la vida ella sola.

Vio a su marido en las vacaciones de agosto en la frontera con Polonia donde estuvieron 7 días juntos. Para Natasha lo más difícil ha sido despedirse de su esposo en agosto porque no sabe cuándo volverán a verse. Al 2023 solo le pide paz y volver a estar con los suyos.

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