La escena que se encontraron los servicios de emergencia junto al cuerpo sin vida de la exprincesa de Qatar Kasia Gallanio

Kasia Gallanio, exmujer del tío del jeque de Qatar, fue hallada muerta en su domicilio de Marbella (Málaga) el pasado mes de mayo. Quienes la conocían aseguran que atravesaba una situación difícil por los juicios que mantenía con su exmarido para determinar la custodia de sus hijas.

Precisamente ha sido una de las hijas de la exprincesa de Qatar quien ha contado el duro trance por el que atravesaba su progenitora. Relata que sus padres estaban en proceso de separación y cuando le comunicaron que había perdido la custodia de sus hijas entró "en avanzado estado de depresión". "Mi madre se sentía acosada por la familia de mi padre a raíz de la batalla judicial que mantenían. Por eso consumía alcohol y antidepresivos", apunta la joven.

Cuenta Juan Cano, periodista de Diario Sur, que en la inspección ocular de la vivienda se han encontrado botellas de alcohol vacías y antidepresivos. Sin embargo, no se halló ningún resto de estupefacientes en todo el domicilio, tal y como sí se había especulado. La hipótesis principal es que falleció por una ingesta de alcohol y algún tipo de fármaco, sin embargo hay que esperar al resultado del análisis toxicológico de la autopsia para determinarlo con exactitud.

"La mujer no salió de su domicilio en los últimos días y las botellas de alcohol que consumió las pidió mediante un repartidor"

Las hijas de la fallecida señalan en un comunicado que no permitirán especulaciones sobre las causas de la muerte de su madre y que cualquier información infundida puede ser respondida con acciones legales.

En el atestado del caso se ofrece un contexto de la situación en la que estaba Gallanio antes de morir y de cómo a partir del día 16 de mayo, fecha en la que le comunicaron que había perdido la custodia de sus hijas, dejó de salir de su domicilio. El conserje dice que no la ve durante esos días y que incluso las botellas de alcohol las pide a través de repartidores para que se lo envíen a casa. "Cuando la hija pasa 4 días sin contactar con ella reconoció que había tenido un mal presentimiento y por ello había llamado al 112", cuenta Juan Cano.