El más difícil todavía
Desafío brutal en El Hormiguero: la voltereta extrema con el coche de Walter Franco
El especialista se ha puesto como objetivo chocar con un coche puesto en pie, de tal forma que dé una voltereta por encima de él.

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La vigésima temporada de El Hormiguero ha comenzado con tanta fuerza que los retos prometen superar todo lo imaginable. En este programa, Marron ha anunciado un "desafío brutal", tanto que en los ensayos no se ha logrado.
Hemos decidido llevar la física del motor al límite con una de las maniobras más extremas que se pueden intentar. Para ello, hemos traído a nuestro mejor especialista, Walter, que necesita una coordinación quirúrgica para que todo salga bien y nadie resulte herido.
Un vehículo, conducido por un especialista, acelera de forma contundente, acumulando una gran cantidad de energía cinética. Frente a él se encuentra otro coche dispuesto en una posición insólita: erguido sobre su morro, como una estatua mecánica que desafía la gravedad.
En el instante del choque, la colisión no se traduce en la clásica deformación catastrófica de ambos cuerpos. Al contrario, el impacto se concentra en la base del vehículo vertical. La fuerza ejercida actúa con un claro brazo de palanca respecto a su centro de masas, lo que genera un torque. Ese torque impulsa al coche erguido a rotar hacia atrás, describiendo un movimiento semejante a un “backflip” en gimnasia.
La belleza del fenómeno radica en la redistribución del momento lineal y angular:
El coche que impacta, al mantener su trayectoria baja y frontal, transfiere solo la porción de su energía necesaria para iniciar la rotación del otro.
El vehículo vertical, al tener el punto de apoyo en el suelo, se comporta casi como un péndulo invertido liberado súbitamente. Su masa, elevada y descentrada respecto al punto de apoyo, favorece el vuelco.
El especialista, en cambio, prosigue indemne: el choque ha derivado gran parte de la energía hacia la rotación del coche erguido, y su propio vehículo se ha limitado a “empujar y apartar” más que a detenerse.
Lo que el ojo percibe como un truco espectacular —un coche que hace un salto mortal hacia atrás— es, en esencia, la consecuencia natural de las leyes de conservación del momento y de la aplicación de un momento de torsión en un sistema inestable. Walter vuelve a demostrarnos que domina no solo el volante, sino también las leyes de Newton. ¡Dale al play!
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