Sólo en estas últimas dos semanas en Galicia se registraron 12 incendios con nivel de alerta uno, es decir, con peligro para viviendas y personas. De ellos, 10 fueron claramente intencionados con varios focos simultáneos. El último, que afecta a la localidad de Boiro, lleva activo casi 30 horas y arrasó más de 400 hectáreas.
Los brigadistas mantuvieron el fuego a raya una carretera que une Boiro con Noia hasta esta tarde. Una racha de viento reavivó las llamas y rapidamente los equipos de extinción tuvieron que actuar. Casi dos días ya de incendio activo y sin duda las horas más críticas fueron las de la pasada noche.
El fuego avanzaba sin control monte arriba. Los brigadistas necesitaron retirarse. El humo era tan denso que apenas había contacto visual entre ellos. Tenían que controlar que todos estaban bien.
El jefe de dotación decide quien se retira de primera línea y por dónde hay que atacar las llamas. Los 12 miembros de este grupo, el Rianxa dos, conocen bien el terreno porque viven en la zona y saben que el viento del norte y la noche son traicioneros. Su objetivo era que el fuego no pasara la carretera y hacia las tres de la mañana lo consiguieron, pero quienes veían las llamas al otro lado no lo tenían tan claro.
El alcalde de Boiro asegura que el incendio fue "ideado milimétricamente". Quién lo provocó sabía que habría viento y comenzó a arder como una mecha de dinamita hacia las viviendas con la única intención según la consejera de medio Rural.
La alerta máxima sigue activa y ya son siete de este tipo en una semana.
