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LOS ABORÍGENES CONSIDERAN UNA COBARDE A LA POLÍTICA

La primera ministra y el líder de la oposición australianos, obligados a huir de un grupo de manifestantes airados

La primera ministra de Australia y el líder de la oposición han tenido que escapar de la ira de un grupo de activistas, que defendían los derechos de los aborígenes. La política incluso tropezó y perdió un zapato antes de llegar al coche. Los manifestantes les persiguieron, e incluso golpearon el techo y el capó del coche oficial.

La primera ministra de Australia, Julia Gillard, y el líder de la oposición, Tony Abbott, se han visto obligados a huir, escoltados por guardaespaldas y policías, de un grupo de manifestantes airados que estaban protestando este jueves junto a un restaurante en Canberra donde se encontraban los dos políticos.

El acto en el que estaban participando Gillard y Abbott, una entrega de premios, fue interrumpido por unas 200 personas que estaban celebrando cerca del restaurante el 40º aniversario de la creación de la Embajada Aborigen, un conjunto de tiendas de campaña y banderas instaladas por activistas que dicen defender los derechos políticos de los aborígenes australianos.

Decenas de policías acudieron al lugar cuando los manifestantes empezaron a golpear las paredes de cristal del restaurante gritando "¡Vergüenza!" y "¡Racistas!", según han informado los medios australianos. Gilllard y Abbott salieron al exterior corriendo y escoltados, y ella incluso se tropezó y perdió un zapato antes de llegar hasta el coche en el que se marcharon. Los manifestantes persiguieron el coche y golpearon el techo y el capó.

La protesta ha coincidido con el Día de Australia, que muchos aborígenes consideran "el día de la invasión". Los manifestantes estaban molestos por las declaraciones que había hecho Abbott unas horas antes, cuando sugirió que quizá hubiese llegado el momento de pensar en retirar la Embajada Aborigen.

Llaman "cobarde" a Gillard
Gillard ha afirmado después que lo único que no le gustó es que se interrumpiera el acto de entrega de premios. "Yo estoy bien. Estoy hecha de una pasta bastante dura y la Policía hizo un gran trabajo", ha comentado. Algunos manifestantes han llamado "cobarde" a la primera ministra por no haber salido a hablar con ellos. "El líder de la oposición habla de quitarnos la Embajada y ella ni siquiera sale a hablar con nosotros (...), sino que corre como una cobarde", ha dicho el activista Sean Gordon.

Abbott había afirmado que el pueblo aborigen "puede estar muy orgulloso del respeto que le tienen todos los australianos", pero desde que se instaló la Embajada "han cambiado muchas cosas" y "probablemente ha llegado el momento de seguir adelante". Michael Anderson, uno de los fundadores de la Embajada, ha indicado que las declaraciones del líder opositor no son respetuosas e "incitan a provocar disturbios por motivos raciales".

La Policía ha informado de que nadie resultó herido en los altercados y no se practicaron detenciones. Un manifestante ha denunciado que, aunque todo comenzó pacíficamente, los agentes actuaron con "brutalidad", tratándolos como si fueran "criminales", algo que la Policía ha negado.

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