El frente de batalla en la capital económica de Costa de Marfil, Abiyán, está en calma, tras 72 horas de intensos combates entre los partidarios del presidente saliente Laurent Gbagbo y los del jefe de Estado y legítimo ganador de las elecciones, Alassane Ouattara.
El asalto final al palacio y la residencia presidencial donde se cree que podría estar Bagbo, no ha comenzado todavía. Los más de 2.500 soldados con los que cuenta Ouattara están seguros de la victoria, pero cuanto más resiste su enemigo más riesgo hay de que el conflicto se extienda al resto del país y provoque matanzas como las del martes en el oeste donde cientos de personas fueron aesinadas.
Pero no son sólo las balas que vuelan en todas direcciones las que ponen en riesgo la vida de los civiles. "No tengo comida, sólo me queda un pescadoe en casa, después no sé qué comeré. He comprado cuatro tomates y he pagado una fortunapor ellos. La situación es difícil, no hay arroz, ni plátanos, ni legumbres, nada", afirma una vecina de Abiyán.
Los soldados franceses de la misión Licorne no cesan de recibir a extranjeros que abandonan sus hogares por miedo. Hay ya unas 1.700 personas refugiadas en el cuartel, de las que menos de la mitad son de nacionalidad francesa. Las fuerzas galas han tomado el control del aeropuerto de Abiyán. Además, París ha despachado 300 militares más de los 1.100 ya presentes en el país africano.