El papa Benedicto XVI invitó a los responsables de las naciones a actuar contra las persecuciones que sufren los cristianos, después de que más de 20 personas murieran tras la medianoche en un templo de Alejandría (Egipto) por la explosión de un coche bomba.
La primera misa del año 2011 en la Basílica de San Pedro por María Madre de Dios y al mismo tiempo con motivo de la 44 Jornada Mundial de la Paz, fue concelebrada por el Papa junto al secretario de Estado, cardenal Tarsicio Bertone, y el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
La Jornada de la Paz que este año tiene el lema "Libertad religiosa, vía para la paz", la dedicó Benedicto XVI a insistir en la necesidad de acabar con todas las guerras con la ayuda de la comunidad internacional e hizo hincapié en las persecuciones de las que en estos tiempos son objeto los cristianos.
"La intolerancia religiosa golpea especialmente a los cristianos", aseveró el pontífice. "Hoy queremos recoger el grito de tantos hombres, mujeres, niños, y ancianos víctimas de la guerra, que es el rostro más horrendo y violento de la historia", dijo el Obispo de Roma en su primera homilía del año.
Ante los embajadores del mundo ante la Santa Sede, Joseph Ratzinger aseguró que "con nuestra oración queremos ayudar a cada hombre y cada pueblo, y en particular, a aquellos que tienen la responsabilidad de Gobierno, a caminar de modo más decisivo por el camino de la paz".
"La humanidad -subrayó- no puede mostrarse resignada ante la fuerza del egoísmo y de la violencia, no debe acostumbrarse a los conflictos que provocan víctimas y ponen en peligro el futuro de los pueblos".
Benedicto XVI instó a los responsables de las naciones a no ceder tampoco al desaliento ni a la resignación, "frente a las amenazas de las tensiones del momento, frente a las discriminaciones, frente a la intolerancia religiosa, que hoy golpea de una forma especial a los cristianos".