Los tres acusados, a los que el fiscal imputa dos delitos deasesinato terrorista, cuarenta y uno de tentativa de asesinato y unode estragos terroristas, se han acogido a su derecho a no contestara ninguna de las preguntas de las partes en el juicio que hacomenzado hoy en la Audiencia Nacional.
Sarasola ha calificado de "fascista" al tribunal por lo que hadicho no reconocerlo, mientras que Portu y San Sebastián handenunciado las supuestas torturas que sufrieron tras ser detenidos. La vista oral ha comenzado con una hora de retraso, sobre las10:30 horas, debido a que la conducción de los presos desde lacárcel a la Audiencia Nacional se ha demorado unos 45 minutos.
Antes de comenzar los interrogatorios de los tres procesados, elpresidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, ha dadotraslado a las partes de una nueva prueba pericial caligráficarealizada por la Guardia Civil para comprobar si la anotaciónmanuscrita de un número de teléfono de los Bomberos de Madridhallado en el domicilio de Mikel San Sebastián estaba escrita por elpresunto etarra.
Tanto el fiscal Daniel Campos como las ocho acusacionesparticulares personadas y la popular -ejercida por la Asociación deVíctimas del Terrorismo-, además de la Abogacía del Estado, nose han opuesto a que este nuevo informe pericial se incluya en lacausa y se cite para testificar en la vista al agente que la hizo.
Fuentes fiscales han explicado que esta prueba es muy importanteporque podría resultar el principal indicio de la participación deSan Sebastián en el atentado de la T-4, con el que ETA rompió suúltima tregua. Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, a las07:53 del 30 de diciembre de 2006, Portu avisó con un móvil a la DYAde la colocación de la furgoneta, tres minutos más tarde llamó a losbomberos de Madrid, y a las 08:35 a la central SOS/DEIAK de SanSebastián desde una cabina telefónica.
A las 08:45 horas se localizó la furgoneta en el aparcamiento delaeropuerto, se desalojó y un minuto antes de las nueve de la mañana,se produjo la explosión, en la que murieron Carlos Alonso Palate yDiego Armando Estacio, otras 41 personas resultaron heridas y 313vehículos sufrieron daños.
Silbidos para comunicarse
El propietario de la furgoneta bomba ha relatado ante el tribunal que, durante los tres días que estuvo secuestrado, sus captores se comunicaban por "silbidos" para no ser identificados.
El joven afirmó que, tras abordarlo cuando se encontraba en el aparcamiento de una estación de esquí, los presuntos terroristas lo esposaron y lo trasladaron a un turismo, en el que permaneció las tres noches que estuvo cautivo.
Durante este tiempo, sólo uno de ellos habló con él, en castellano, para identificarse como miembro de ETA y advertirle de que "no intentara hacer nada" porque "iban en serio". Entre ellos sólo "se silbaban", dijo.