Alerta
Un albañil se da a la fuga con su dinero: "Toda la vida trabajando para esto"
Ramona y Vicente contratan los servicios de un albañil, a través de un arquitecto, para construir su casa cerca de su hija y de sus nietos. Sin embargo, tras pagarle el adelanto y verle un par de días trabajar, desaparece sin dejar rastro. Con el tiempo descubren que no son los únicos afectados.
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Un albañil pide dinero por adelantado con la excusa de obtener material y desaparece dejándoles sin dinero y sin vivienda.
Todo apunta a que en menos de un año ha dejado un auténtico rastro de chapuzas y engaños.
Cuando sus clientes intentan contactar con él para pedir explicaciones todas sus respuestas se convierten en auténticas excusas.
Eso mismo le pasó a Ramona y Vicente, quienes contrataron sus servicios y acabaron perdiendo más de 10.000 euros.
"Creo que vieron que éramos presas fáciles", ha confesado Ramona quien, emocionada, ha dejado claro que todo fue por estar cerca de su familia.
Así consiguió quedarse el dinero de Ramona y Vicente
Ramona y Vicente viven en Picanya, Valencia. El año pasado deciden construir una casa pequeña en Bétera, un pueblo cercano, con el fin de estar cerca de su hija y de sus nietos.
Para ello, contratan lo servicios de un arquitecto, quien decide hacerse cargo únicamente de la estructura de la vivienda. Para terminar la casa al completo, este les recomienda un albañil.
A Ramona y Vicente les señala que no le conocen mucho, pero que es una persona de confianza. Por lo que se ponen en contacto con él y éste acepta.
Sin embargo, durante los trámites, el albañil les puntúa que tienen que pagarle por adelantado el 30% del precio total. Lo que sería una cantidad de 11.500 euros.
Ramona y Vicente pagan el adelanto, algo que consta en un documento, y este acude a la vivienda un par de días.
Les abre unas zanjas en el terreno, coloca unas varas de metal y pone "una especie de cartel con el nombre de su empresa".
Tras estos días, retira el cárcel y Ramona y Vicente no le vuelven a ver el pelo. Deja la zanja y el terreno patas arriba.
Cuando al principio intentan contactar con él, todas sus respuestas se convierten en excusas. Tras casi 8 meses, no le han vuelto a ver ni a él, ni el dinero del adelanto.
La situación no acaba ahí, sino que la constructora que ahora está ayudando a la pareja señala que a la dueña y a varios empleados también les debe dinero.
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