Reto histórico de seguridad en el Vaticano: el experto Manuel Gazapo analiza los puntos calientes

Roma se convierte desde hoy, miércoles, en el epicentro mundial, con la llegada de cientos de miles de fieles de todos los rincones del planeta para asistir al funeral de Papa Francisco. Se prevé que entre 200.000 y medio millón de personas lleguen a la capital italiana esta semana, convirtiéndola en la "capital del mundo". El adiós al papa Francisco, además de un acto litúrgico, supone un desafío para la seguridad. A la masiva asistencia de fieles se suman jefes de Estado y altos dignatarios internacionales, como los reyes de España, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el presidente de Argentina, Javier Milei, el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el presidente de Brasil, Lula da Silva, quienes estarán presentes en Roma el sábado para rendir homenaje al pontífice.

El funeral reunirá a más de 200 cardenalesprovenientes de los cinco continentes, aunque solo 135 tienen derecho a voto en el futuro cónclave para elegir al nuevo Papa. Entre los cardenales ya presentes, alrededor de 50 se encuentran en Roma, mientras que el resto sigue llegando desde diferentes partes del mundo, incluidos Europa, Latinoamérica, Asia, África, Norteamérica y Oceanía.

Un dispositivo de seguridad de dimensiones inéditas

Las autoridades italianas han preparado un dispositivo de seguridad sin precedentes para proteger tanto a los miles de asistentes como a los dignatarios internacionales. Manuel Gazapo, analista de seguridad internacional, explica, en Espejo Público, que el Vaticano ha estado trabajando en planes de seguridad desde que comenzó el Año Jubileo, pero la muerte del Papa ha intensificado la preparación. "Los policías trabajan de manera discreta y constante, colaborando con los servicios de inteligencia de cada país que asistirá al funeral".

Una de las áreas más sensibles a proteger es la Plaza de San Pedro, que estará abierta en 360 grados, lo que exige una protección total. "El recorrido de la plaza será crítico, con un volumen tan grande de personas y mandatarios", apunta Gazapo. Además, la Basílica de Santa María la Mayor, donde se enterrará al Papa, tendrá una protección a largo plazo, ya que se convertirá en un lugar de peregrinación, lo que requerirá protocolos de seguridad extendidos durante las próximas décadas.

¿Y en el Colegio Cardenalicio y la Capilla Sixtina?

En el Colegio Cardenalicio, donde se reunirán los cardenales para decidir al próximo Papa, la seguridad será también una prioridad. Gazapo destaca que no solo se protege la seguridad física de los asistentes, sino también la tecnológica. "Nadie podrá llevar dispositivos electrónicos durante las reuniones", detalla el experto. La seguridad en la Capilla Sixtina, donde se celebrará el cónclave para la elección del nuevo Papa, también representa un reto de magnitud: "este es uno de los puntos más delicados, donde más se requiere trabajo especializado en seguridad". Con un dispositivo de seguridad que involucra a numerosos cuerpos de seguridad internacionales, Roma se prepara para despedir al Papa Francisco en un evento histórico que quedará marcado por su magnitud y complejidad logística.

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