Nacho Abad explica en qué consiste 'la muerte dulce' a la que habría recurrido Tomás Gimeno para quitarse la vida

Todas las esperanzas continúan puestas en el buque Ángeles Alvariño para poder cerrar el caso de las niñas de Tenerife. El buque trabaja en las profundidades marítimas para localizar el cuerpo sin vida de Tomás Gimeno. El padre que terminó con la vida de sus hijas Anna y Olivia el pasado 27 de abril, cuando tenía que habérselas devuelto a su madre.

Todas las hipótesis apuntan a que Gimeno arrojó los cuerpos sin vida de sus hijas al mar y después se quitó la vida. El hallazgo del cuerpo de la pequeña Olivia hace que esta línea cobre fuerza, así como el hallazgo de dos botellas de oxígeno que se cree que Gimeno usó para provocarse la llamada 'muerte dulce' bajo el agua.

Explica el periodista de Espejo Público Nacho Abad que el buque va a seguir la búsqueda lo que sea necesario. Señala que si Tomás Gimeno se puso un cinturón de 8 kilos y se tiró al agua para descender en línea recta le hubiese estallado la cabeza por la presión de los oídos.

Sin embargo, el hallazgo de las dos botellas de oxígeno apunta a que Tomás Gimeno no quería sufrir. Se cree que Gimeno se adentró en las profundidades y bajó unos 10 metros, posteriormente compensó el descenso con el oxígeno y así lo hizo para mantenerse vivo bajo el agua hasta llegar hasta los 50 metros de profundidad.

Su objetivo sería que al bajar a una profundidad de 50 metros le fuera imposible regresar a la superficie. Apunta Abad que pese haber localizado las botellas de oxígeno en esa zona hay corrientes y el cuerpo podría haber sido transportado y no caer en línea recta. De ahí la dificultad de los investigadores por dar con el cadáver del filicida.

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