Piden colaboración ciudadana

Las 3 incógnitas de los investigadores para esclarecer la desaparición de Pablo en Badajoz

Desde el pasado 2 de diciembre nada se sabe del paradero de Pablo Sierra Moreno. Los investigadores peinan la zona de Badajoz en la que desapareció. Estas son las 3 incógnitas principales del caso.

Pablo Sierra Moreno desapareció el pasado 2 de diciembre en la Calle Zurbarán de Badajoz. Comunicó a un amigo que iba a coger un taxi y a partir de ahí se le perdió la pista. Los taxistas de la zona no le reconocieron aunque señalan que debido al uso de la mascarilla es más difícil quedarse con las caras de los clientes.

Pablo, estudiante de matemáticas, se dirigía a la residencia universitaria ubicada en la avenida de Elvas en la que se encontraba con su hermano mellizo. Para encontrar al joven de 21 años los efectivos de búsqueda han peinado la zona del río Guadiana en la que un guardia civil fuera de servicio localizó su teléfono móvil así como las inmediaciones de la discoteca en la que estuvo esa noche y la residencia de estudiantes. Estas son las principales incógnitas del caso:

Los testigos: La última persona que vio con vida a Pablo es un amigo con el que estuvo en un local. Ambos abandonaron a la vez este local a mitad de camino se separan porque Pablo dice que va a coger un taxi. Ahí se pierde su rastro. El testimonio de este joven será clave para determinar los últimos pasos de Pablo ¿Con quién estuvo en el local? ¿Había quedado con alguien aquella noche?

El misterioso hallazgo del teléfono móvil: La Policía empieza por buscar a Pablo desde el punto donde un guardia civil fuera de servicio localizó su teléfono móvil. Lo oye sonar, ve que se ilumina la pantalla y contesta. Al otro lado de la línea estaba uno de sus hermanos. Los investigadores han ampliado el radio de búsqueda al centro de Badajoz "Puede ser que la Policía se piense que dejar ahí el móvil es una maniobra de despiste", señala la periodista Silvia González.

¿Llegó Pablo a coger un taxi?: Las últimas palabras de Pablo antes de desaparecer fueron que se iba a coger un taxi. En Badajoz hay 150 taxistas, no le recuerdan, pero con la mascarilla reconocen que es difícil quedarse con las caras de los pasajeros. Son fundamentales las imágenes de la cámara de seguridad de la parada de taxis para saber si Pablo llegó a subirse en uno o cogió otro camino.