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JUICIO CONTRA SANTIAGO

La familia Cortés pide justicia por la muerte de su hija Mari Luz

El asesinato de Mari Luz Cortés conmocionó a toda España. Pero, además provocó indignación cuando se supo que por una sucesión de fallos en nuestra Justicia el presunto asesino no estaba en la cárcel.

Cuando mató a Mari Luz pesaba sobre Santiago del Valle una condena firme por abusar de su propia hija. Ahora la familia espera que la justicia actúe de forma ejemplar. La tarde del 13 de enero de 2008 Mari Luz Cortés, de cinco años, regresaba a su casa tras comprar chucherías. Sin embargo, a 200 metros de su domicilio, un osito de peluche mostrado a través de la ventana, hizo que la pequeña desapareciera.

Durante semanas, sus padres recorrieron en su búsqueda todo Huelva, participaron docenas de manifestaciones pero siempre con un sospechoso en su cabeza. Su vecino, Santiago del Valle, un hombre con las facultades mentales perturbadas y que ya había sido condenado por abusos a su propia hija.

El 7 de marzo, cincuenta y cuatro días después, el cadáver de la pequeña aparecía en el pantanal de Torrearenilla. Fue entonces cuando la Policía comprobó que Santiago, su mujer Isabel y su hermana Rosa se habían escondido en un pueblo de Cuenca y que pretendían salir del país. Tras ser detenidos, Santiago del Valle confesó el crimen. La reacción en la barriada del Torrejón es inmediata.

Esa autoinculpación es la principal prueba de cargo. En ella Santiago relató cómo engañó a la pequeña con el juguete, cómo la subió hasta su casa y cómo tras dejarla inconsciente, la trasladó junto con su hermana a estas marismas en un carrito de supermercado. La Fiscalía solicita 23 años de prisión por dos delitos de asesinato y abusos sexuales. Para su hermana Rosa, se piden 17 años por asesinato. Fundamental será el testimonio de su mujer Isabel, en libertad sin cargos y a quien Santiago relató todos los hechos.

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