Los restos de diez soldados del batallón comunista Perezagua muertos en 1936 durante la Guerra Civil han sido exhumados en Zigoitia (Álava) en una "típica fosa de cuneta" que esconde más cuerpos que no podrán ser recuperados.
El equipo forense ha podido desenterrar diez esqueletos aunque la fosa común se extiende por debajo de la carretera -que cubrió el yacimiento al ser ampliada hace algunos años-, circunstancia que hace imposible recuperar todos los cuerpos.
Por ello, el forense y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Francisco Etxeberria, ha señalado que esta exhumación es "simbólica" y que los cuerpos de estos diez milicianos "representan a aquellas otras personas a las que nunca" se podrá encontrar.
Una vez recuperados estos restos se intentará extraer ADN y cotejarlo con posibles familiares, ya que la Sociedad Aranzadi y el Gobierno Vasco cuentan con listados de personas que murieron durante la guerra en este lugar.
El forense Francisco Exteberría cree que será verdaderamente difícil identificarlos
En todo caso, Etxeberria ha avanzado que será "verdaderamente difícil" conseguir identificaciones porque se trata de soldados que al parecer fallecieron en la batalla de Villarreal (Legutiano) y podrían ser originarios de distintos lugares, y no es un enterramiento de civiles del pueblo, lo que facilitaría el cotejo de su ADN con el de posibles familiares.
Esta fosa común se encuentra junto a la iglesia de Etxaguen, uno de los pueblos que integran el municipio de Zigoitia, a escasos metros del cementerio, donde finalmente se enterrarán los cuerpos y donde se erigirá un monolito en homenaje y recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil.
El primer homenaje ha tenido lugar junto a la misma fosa, donde se ha colocado una ikurriña y una ramo de flores. Fueron los propios vecinos de Etxaguen los que promovieron la exhumación de los cuerpos, ya que los más mayores tenían constancia de que junto a la iglesia había una fosa común.