Publicidad

SALVÓ LA VIDA DE 47 PASAJEROS

Se cumplen 46 años del aterrizaje forzoso del Douglas DC-3 en Tenerife

El aterrizaje de emergencia en el océano fue provocado por un fallo en el motor. Eugenio Maldonado, piloto del avión, consiguió salvar a 27 de los pasajeros. Sólo uno murió, tras sufrir un infarto.

El aterrizaje en la costa norte de Tenerife del Douglas DC-3 cumple ahora 46 años. Fue la hazaña de un héroe. El avión, que pilotaba hasta La Palma, sufrió un problema en el motor y tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el Atlántico. A pesar de estar rodeado de montañas y nubes pudo salvar la vida de 27 pasajeros.

"Mucha sangre fría y muchos reflejos, y saber esperar hasta el último minuto", recordaba Eugenio Maldonado, piloto del avión siniestrado. Sólo uno de los pasajeros falleció, y fue de un infarto. Por ello, Maldonado fue sometido a un consejo de guerra, aunque antes de morir, en 2004, fuera homenajeado como un héroe. También recibió el reconocimiento más preciado, el de los supervivientes.

"La gente gritando, agobiada, diciendo que se morían", recordaba una pasajera. Sintieron que se iban a morir, y no es para menos. Pudieron salvarse gracias a una lancha de pescadores que dio el aviso.

"Los pescadores nos habían dicho dónde estaban y la gasolina salió a la superficie", explica Luciano Pascua, hijo de uno de los buceadores que ayudaron en las labores de rescate. "Recuerdo que mi padre me dijo que el cadáver estaba por fuera, que sacaron al señor que había muerto y una maleta con documentos", recuerda el hijo de otro de los buzos.

La complicada inmersión sin medios de los buzos, junto a la maniobra en pleno océano con mucho oleaje y poca tecnología, hacen de este suceso una de las hazañas de más riesgo y mayor reconocimiento de la aviación de nuestra historia reciente.

Publicidad