"Acá no hay golpe", aseveró este sábado el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, quien se mostró confiado en lograr el reconocimiento de los países vecinos y prometió entablar contacto con ellos "en su debido momento".
En su primera rueda de prensa a medios internacionales, el mandatario admitió que su situación "no es fácil" y que "hay inconvenientes con la comunidad internacional", pero defendió la legalidad del "juicio político" por el que fue destituido el viernes Fernando Lugo de la Presidencia del país, y su llegada al poder.
"Acá no hay golpe, no hay quiebre institucional. Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permite para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable", mantuvo. Los Gobiernos de Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela calificaron de "golpe de Estado" la destitución de Lugo y anunciaron que no reconocerán al nuevo jefe de Estado.
Costa Rica incluso ofreció asilo al destituido presidente. Brasil, según dijeron fuentes del ministerio de Exteriores brasileño, realiza consultas con los otros socios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) antes de manifestar su posición con respecto al nuevo Gobierno de Paraguay.
Una misión de cancilleres del bloque sudamericano intentó hasta ayer mismo mediar en la crisis paraguaya, advirtiendo que se podría producir un quiebre democrático si Lugo no recibía garantías para su defensa en el juicio político, dada la premura de todo el proceso.
"La Unasur va a tomar su decisión (...) Primero tenemos que recibir la notificación (del bloque), los argumentos. Paraguay es un país soberano, libre e independiente. Sabemos de la situación de crisis, sabemos que los amigos de Unasur van a saber comprender la situación", abundó Franco.
"Yo estoy tranquilo", añadió, y precisó que su prioridad es ahora "organizar la casa" para "tomar contacto con los países vecinos en su debido momento". "Estoy absolutamente seguro de que van a comprender la situación en Paraguay", dijo el nuevo presidente paraguayo, y aludió a la calma en las calles y el apoyo "unánime" que ha tenido el relevo de poder en Paraguay, tanto de la Iglesia Católica, como de los gremios y los partidos políticos.
Ante la próxima cumbre del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), Franco mencionó que su Gobierno no ha recibido una "invitación clara" y que no quiere "forzar la situación", pues su prioridad "es poner en orden la casa".
A tal efecto, anunció nuevos nombramientos ministeriales para el próximo lunes, tras los cambios producidos anoche en las carteras de Interior y de Exteriores. Una vez tenga los ministerios "operativos, el siguiente paso es tomar contacto con los presidentes (de los países vecinos) y así lo haré", reiteró.