Mientras se producen desahucios y realojamientos, llama poderosamente la atención este dato del Instituto Nacional de Estadística: en España hay tres millones y medio de viviendas desocupadas. La fiebre constructora previa al estallido de la burbuja inmobiliaria modificó el paisaje de muchos municipios que hoy parecen pueblos y barrios fantasmas.
España tiene hoy casi 5 millones de viviendas más que en el año 2000. Hay municipios que, en tiempos de bonanza, incrementaron en un 2.500 % su parque de viviendas, pero no sucedió lo mismo con su población.
En lo más alto de la lista encontramos a Yebes, Guadalajara. Se decidió situar en este paraje la estación del AVE y se diseñó Ciudad Valdeluz, un macroproyecto urbanístico con 9.500 viviendas, pero el 60 % de ellas se quedaron construidas y vacías. La inmobiliaria que levantó esta ciudad de la nada, Reyal Urbis, está hoy en concurso de acreedores.
La costa mediterránea también suma cientos de miles de viviendas sin ocupar. Cuatro vacías por cada 10 construidas en Oropesa (Castellón) según el Instituto Nacional de Estadística. El municipio multiplica por 12 su población en verano, pero las inmobiliarias reconocen que apenas consiguen realizar ventas.
En el otro extremo del mapa, Lalín (Pontevedra) muestra un 30 % de su parque inmobiliario deshabitado. La mayoría son pisos y casas de nueva construcción que no encontraron comprador. La crisis inmobiliaria y el cierre de muchas fábricas del sector textil en la zona dejaron a este municipio rodeado por un enorme cinturón de ladrillos sin nadie que los habite.
