Tenis

Rafa Nadal se va quedando sin balas

El español, que tampoco jugará en Indian Wells, sigue perdiéndose torneos tras su lesión en Brisbane y todo apunta a que su aparente recta final de carrera la afrontará directamente en su predilecta tierra batida.

Rafa Nadal durante el torneo de Brisbane 2024 en enero

Rafa Nadal durante el torneo de Brisbane 2024 en eneroGetty

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Cerca de 300 días han pasado desde ese nostálgico y triste 18 de mayo de 2023, fecha en la que Rafa Nadal anunció en una multitudinaria rueda de prensa en su Academia que se perdería Roland Garros, el resto de torneos del año y en la que anunció que 2024 sería "muy probablemente" su última temporada como profesional. Muchos meses, semanas, días y horas de esperanza, trabajo y sacrificio que apenas se han visto recompensados, al menos de momento. Desde entonces solo ha podido salir a la pista en cuatro ocasiones (tres de forma oficial en Brisbane y una en la exhibición en Las Vegas). Por el camino se van quedando los torneos y las últimas balas de uno de los mejores deportistas de siempre, que espera dar sus coletazos finales en la tierra batida.

Otro abandono antes de tiempo... por causa desconocida

Y es que en los últimos meses la vida es eso que pasa entre que Nadal se apunta a un torneo y prácticamente horas antes de su debut toma la "difícil" decisión de abandonar, por x o por y. La última ha sido en Indian Wells, donde el campeón de 2007, 2009 y 2013 anunció por tercera vez en la temporada que no podrá competir, todo esto a menos de 24 horas de jugar su primer partido (se estrenaba ante Milos Raonic). Ahora no es el pie, ni la rodilla, ni la cadera, ni un microdesgarro... todo apunta a que es una contractura en la espalda, aunque ni el torneo ni el propio jugador han hecho una sola referencia a la causa del abandono. Curioso.

No ha jugado 3 de los 4 torneos a los que aspiraba en 2024

La realidad es que a estas alturas solo ha podido jugar uno de los cuatro torneos a los que aspiraba a comienzos de año. Arrancó en Brisbane con dos grandes victorias (Thiem y Kubler) pero el eterno fantasma de las lesiones volvió con un microdesgarro que le tendría que haber mantenido fuera de las pistas en torno a 2-3 semanas. No fue así, duró más. Y hasta hace relativamente poco apenas podía entrenar al 100% pese a que las semanas pasaban fugaces una tras otra, como los torneos que se iba perdiendo el español (Open de Australia y Doha). Los últimos trenes que su cuerpo no le deja coger.

Al vaso de la paciencia solo le quedan un par de gotas

Pero parece que a Indian Wells sí que llegaba, un lugar que siempre ha calificado de "especial" en su carrera (3 títulos, 2 finales y otras 6 semifinales), y cuya presencia podía haber sido una guinda casi perfecta a los torneos de pista dura, quién sabe si habría sido el último. O si ya lo fue Brisbane... La cuestión es que la 'terrible' noticia ya ni supuso una sorpresa para muchos, especialmente tras algunos vídeos que corrían por redes en los que se le veía incómodo al saque en los entrenamientos. En cambio, su presencia y el buen nivel mostrado en el partido ante Alcaraz en Las Vegas parecía ser un aperitivo de lo que podíamos ver en el desierto californiano, sin embargo, fue poco después cuando nos enteramos de que había sufrido molestias antes de viajar a Estados Unidos. La 'pachanga' ante Carlitos pudo salirle cara.

En resumen, demasiados varapalos juntos y muy seguidos, para sus aficionados, para el tenis en general y especialmente para él, que es el que lo vive en sus propias carnes. Al vaso de la paciencia apenas le quedan un par de gotas. Pero... qué 'gotazas', o eso esperamos.

Todos los caminos llevan a la tierra

Al final parece que todos los caminos llevan a Roma, en este caso puede que a Montecarlo o incluso a Barcelona si el regreso se retrasa un poco, pero la hoja de ruta parece haberse desviado casi sin querer hacia la tierra batida, su predilecta. Caprichoso destino. Como si los astros se alinearan y dieran un veloz carpetazo a la gira en pista dura, poco recomendable para el cuerpo del español aunque sus resultados digan lo contrario (en 2022 sumó títulos en Melbourne, Open de Australia, Acapulco y final Indian Wells...)

La gira de superficie rápida ya es historia para Rafa, y eso que podría intentar llegar al máster de Miami (20 al 31 de marzo) pero no vale la pena ni siquiera pensarlo (no compite ahí desde 2017). Inevitablemente las miradas se van a la arcilla del principado, a sus 11 títulos ahí y a su última participación, que data de casi tres años (cuartos ante Rublev en 2021). Ya toca volver.

Arranca otra cuenta atrás

Esta cita llegará exactamente en un mes, y si todo va bien, algo que en la actualidad darlo por hecho parece hasta osado, tendría que contar con la presencia del tenista de 37 años. 30 días dan para mucho, pero ojalá sea para poco, no queremos comunicados ni vídeos que metan miedo, solo queremos que se recupere y entrene bien. Fin. Sin sobresaltos, sin sorpresas, sin más dolores. Nadal se merece un respiro, y sus aficionados también. Los últimos tiempos para el mallorquín son una cuenta atrás constante, hacia lo inevitable (la retirada) y también hasta los torneos que se fija en su calendario y que de momento no deja de descartar uno tras otro por sus constantes lesiones... Pero también hacia el sueño y el irrefrenable deseo de poner el punto y final como es debido en los torneos más importantes de su vida. Sería muy duro que no fuera así: Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma... y por supuesto Roland Garros y los Juegos Olímpicos ya le esperan con los brazos abiertos. Solo queda la tierra. Volvemos a poner el cronómetro a cero. De aquí a 30 días veremos lo que pasa.

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