Nos lo cuenta

El niño lama de Granada que fue elegido como la reencarnación de un maestro budista: "Con 7 años decidí que me iría"

Con tan solo dos años, Osel Hita fue elegido como la reencarnación de uno de los lamas más importantes del budismo. Fue apartado de su familia y educado como un dios, pero pronto descubrió que aquel no era su destino y huyó del monasterio, marchándose a Ibiza para comenzar su propio camino.

Osel Hita

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Osel Hita, nacido en un pequeño pueblo de Granada, tenía tan solo dos años cuando fue reconocido por monjes tibetanos como la reencarnación del lama Thubten Yeshe. Después de que los discípulos del Dalai Lama vieran en él algunas señales, lo confirmaron a través de unas pruebas tradicionales.

Las pruebas consistían en hacerle elegir entre varios objetos y que reconociera los que pertenecían al lama Thubten Yeshe en su vida pasada. "Me hicieron muchas preguntas con oráculos, sobre sueños...", nos cuenta, "y elegí todos los objetos correctamente, ahí empezó mi trabajo".

Sus padres eran grandes seguidores del budismo y aceptaron aquella decisión, que conllevaba una separación de su hijo: "Para mis padres era una gran oportunidad". Con 18 meses de vida, Osel fue separado de su familia y llevado a la India, donde fue educado como un dios.

Allí, pasaba el día estudiando y entre libros, separado completamente de la idea que tenemos de un niño. "Los días pasaban como meses, era muchísima presión", recuerda, "principalmente tenía que estudiar filosofía budista y léxico tibetano".

Con el tiempo, se dio cuenta de que aquella vida no le gustaba y que se sentía encerrado. Tras toda una vida educado en el budismo, comenzó a sentirse atraído por lo que hasta ese momento tenía prohibido. Por eso, con 18 años, decidió dejar atrás el budismo y renunciar a sus votos.

Al salir del monasterio, Osel se marchó a Ibiza, comenzó a salir de fiesta, a experimentar, a viajar... "Les prometí que volvería, pero mentí", afirma Osel, "en Ibiza me doy cuenta de que no sabía ejercer la libertad, descubro la vida".

Desde entonces, decidió estudiar cine y formar su propia familia y hoy, con 40 años, tiene claro que su destino no era ser un dios, sino tener una vida plena y libre. ¡No te pierdas su historia en el vídeo de arriba!

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