Carlos Quílez: "La secuestradora del bebé de Basurto pidió a la policía que la abrazasen"

Este programa ha tenido acceso a una información en exclusiva. La secuestradora del bebé del hospital de Basuto, llamada Mireia, se llevó al niño Aimar a casa de una amiga y lo metió en una caja. En las imágenes se puede apreciar cómo el niño durmió esa noche en esa cuna improvisada. Nuestro compañero Carlos Quílez ha dado el informe psiquiátrico de la raptora del niño y revela el diagnóstico: “Ella misma ha pedido ayuda y está a punto de entrar en un centro psiquiátrico, tiene problemas de madurez ”.

Asimismo, Quílez anunciaba las medidas que se han tomado contra Mireia: "Se ha solicitado la orden de alejamiento aceptada por el juez y por la defensa de esta mujer". Arrepentimiento y perdón son las palabras que la secuestradora lleva repitiendo tras ser detenida: "No para de pedir perdón y se muestra muy arrepentida de todo lo que ha hecho". Carlos ha revelado la actitud que la secuestradora mantenía mientras era detenida: "Cuando fue detenida, le pidió a la policía que la abrazarán, un acto que llama la atención".

Todo comenzó el pasado miércoles, 19 de octubre. Un bebé recién nacido llamado Aimar fue secuestrado en el Hospital de Basurto en Bilbao. Laura y Pedro, padres del pequeño, vivieron con normalidad el parto, pero todo empezó a torcerse cuando una supuesta trabajadora del hospital se llevó al niño a hacerle unas últimas pruebas rutinarias antes de irse a casa.

A la madre de Aimar le dieron el alta pronto debido a que el centro sanitario necesitaba camas libres para futuros pacientes. El shock comienza cuando Pedro y Laura fueron a coger a su hijo para llevárselo a casa y no lo encontraron en la cuna. Los gritos y nervios se apoderaron de ellos y buscaron hasta en contenedores.

Las cámaras de seguridad captaron la imagen de la mujer en los exteriores del hospital. A la mañana siguiente, en torno a las diez y media de la mañana, la policía arrestó a la mujer que robó a Aimar en plaza Azoka, del barrio bilbaíno de Zorrotza. Afortunadamente, el pequeño está sano y salvo en su casa.