¿Es Trump un super negociador o un super abusón? Antonio Camuñas y la ‘trumpista’ Lucrecia responden: “A Von der Leyen no la ha votado nadie”

Desde el 1 de agosto, se pondrá en marcha el acuerdo entre EE.UU. y la Unión Europea, por el que han acordado imponer un arancel mínimo del 15% a todos los productos europeos que lleguen hasta el norte del continente americano. El propio presidente de Estados Unidos se ha felicitado por ese acuerdo “maravilloso”, según ha publicado él mismo. En Espejo Público se ponía sobre la mesa una pregunta: ¿Trump es un ‘super negociador’ que ha doblegado a la Unión Europea, o un ‘super abusón’ que ha conseguido un acuerdo “maravilloso”?

Ni una cosa ni la otra

Lucrecia Aldao, seguidora confesa de Donald Trump, aludía a que ninguno de los dos términos le define. Por ello, atacaba directamente a la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen: “La culpa de haber tardado en llegar a un acuerdo con Europa la tiene Von der Leyen. Trump lleva meses intentando acercarse a ella. No se ha presentado en la Casa Blanca. Es muy grave que en Europa tengamos a una pseudo aristócrata como Von der Leyen”. Asimismo, expresaba que en las últimas elecciones a esta política "no la ha votado nadie".

"Distinto en distintos contextos"

Antonio Camuñas, expresidente de la Cámara de Comercio España-Estado Unidos, opinaba que es muy versátil: “Trump es como es cada uno de nosotros, distintos en distintos contextos. Creo que puede ser un super negociador con el enfoque que él utiliza de que está un poco loco. Impone incluso físicamente estar con él, pero también puede ser encantador en otros contextos y puede ser extraordinariamente simpático y hasta divertido aunque no lo parezca”.

Los encuentros de Camuñas con Donald Trump

Camuñas continuaba explicando que “en el contexto personal es extraordinariamente simpático y bromista. Te cita en un campo de golf, además suyo”. El expresidente de la Cámara de Comercio relataba que querían promocionar la candidatura de ‘Barcelona 92’ en las olimpiadas en Nueva York. “Nosotros vamos a ver a Donald Trump que acababa de comprar el Hotel Plaza y era en ese momento el gran magnate norteamericano, que representaba el regreso de la economía norteamericana, el triunfo del capitalismo norteamericano. Nosotros fuimos a verle, él nos recibe y entiende perfectamente la iniciativa, la apoya y se presta a poner un Koby de nueve metros de alto, -la mascota de Barcelona 92-". "Eso te da idea de su buena disposición a todo lo que sea una cooperación con algo que tenga sentido. Otro cualquiera te hubiera dicho que ni de broma”, añadía.

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