Marta cuenta cómo se produjo el incidente que acabó con un joven abatido por la Policía en Gran Canaria: "Pensé, nos va a matar a todos"

Un hombre, presunto autor de un robo con violencia, ha sido abatido a tiros en el aeropuerto de Gran Canaria. En este momento hay una investigación abierta para averiguar cómo ocurrió y qué circunstancias se dieron. Ya adelanta el TSJ de Canarias que el hombre portaba un cuchillo de grandes dimensiones y según recoge el auto estaba fuera de sí cuando tuvieron lugar los hechos.

Todo comenzó en la terminal internacional de Gran Canaria. Allí el joven se subió a un taxi y le pidió al taxista que lo llevara a la capital. El conductor no terminaba de fiarse, le pidió por adelantado el dinero del trayecto y ahí comenzó a ponerse agresivo y sacó un cuchillo. El taxista salió corriendo del taxi y ahí arrancó una persecución con este hombre, que iba detrás amenazándole a él con el cuchillo y a todo aquel que se encontraba a su paso.

A priori podemos hablar de una situación de legítima defensa a favor de terceros

La penalista Beatriz de Vicente cree que hay que ser muy cuidadosos porque a priori podíamos hablar de una situación de legítima defensa a favor de terceros. Señal la letrada que aquí lo que entra en juego es si fue proporcional o no. Insiste en que este es un tema delicado y se va a dilucidar si hay una legítima defensa.

"Vino a matarme, solo porque no le quise llevar a Las Palmas"

El taxista cuenta que este ha sido el peor de los casos que ha vivido con un pasajero. "Vino a mí a matarme solo porque no le quise llevar a Las Palmas", relata. Él se subió al taxi y este le pidió el dinero por adelantado. Le invitó a que se bajara y entonces el joven estalló en una reacción violenta.

El escritor Juan Soto Ivars cree que los agentes desde el primer momento pensaron en su propia seguridad. El taxista no pone en duda que esa actuación judicial es ilegítima. "Son unos tipos que están velando por la seguridad de sí mismos y de los demás", apunta.

Por su parte, el periodista Iñako Díaz- Guerra considera que los policías tienen una preparación para estas situaciones concretas, para las que además existen unos protocolos determinados. "Pero esto hay que investigarlo porque si esto se convierte en el 'Far West' mal vamos", añadía.

"Desde que sucedió esto ni como ni duermo y solo escucho disparos"

Marta presenció los hechos desde el primer momento. Cuenta que de un momento a otro apareció un chico de unos 20 años corriendo por el aeropuerto y la Policía le da el alto. Este chico se pone muy nervioso y le ve sacar un machete del pantalón. Le vio abalanzarse hacia el policía y luego irse a la marquesina, "Pensé. Nos va a matar a todos", reconoce.

Todavía se estremece al recordar el momento en el que comenzó a oír disparos. "Cuando oigo los disparos me da ansiedad, me muero". Le dio la sensación de que el joven había consumido alguna sustancia y estaba fuera de sí. Estando en la marquesina ya había escuchado gritos pero pensó que eran dos personas que estaban discutiendo.

Desde que sucedió esto Marta cuenta que ni come ni duerme porque solo escucha los disparos. "Si ese policía no actúa en ese momento como lo hizo esos policías estarían muertos, incluso algún ciudadano que estuviese en la parada", señala.

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