María José Huertas: "Las mujeres saben beber muy bien el vino"

María José Huertas Vega ha sido considerada la mejor sumiller del país. A sus 49 años, separada y con una hija, tiene un vicio inconfesable, le encanta comer gusanitos y beber Jerez, su vino preferido, mientras ve películas como La Vida es Bella, cuya banda sonora es su tema musical preferido. Su cuadro preferido es La Vendimia de Goya y en cuanto al vino, según el momento, pero entre blanco y tinto, elige seguramente el tinto.

Respuesta.- Estamos aquí, en mi sala de esgrima, porque lógicamente para mí el vino es una pasión, además de mi profesión, pero además otra pasión grande es la esgrima.

Pregunta.- Hablas de dos mundos, el vino y la esgrima que habitualmente han estado protagonizados por hombres.

R.- Y si acaso había más en la esgrima que en el vino. Es cierto y cuando hice yo el curso de sumiller, éramos 5 chicas de 40 y afortunadamente hoy hay más o menos la mitad de chicas y la mitad de chicos.

P.- ¿Cuándo te metiste a estudia para sumiller, la gente no se llevaba las manos a la cabeza?

R.- Era todavía un poco sorprendente porque además era también una época que en las bodegas normalmente las chicas se quedaban más con el tema de las facturas, el tema de oficina. Entonces yo veo que en estos 20 años que llevo dedicándome al vino, la evolución ha sido increíble. Cómo se ha ido metiendo la mujer en todos los terrenos que toca el vino.

P.- ¿Cómo te metes en esto?

R.- ¡Por accidente! (RISAS) Hago Agrícolas porque me parecía interesante. Y ahí es cuando descubro el mundo del vino. De hecho el proyecto fin de carrera fue una bodega. Y de verdad si algo aprendí en la carrera es que me quería dedicar al vino.

​P.- Me parece que muchos estudiantes descubren ahí el alcohol. En tu caso lo que descubres es el vino.

R.- Realmente beberlo fue más tarde. Pero no era un momento en que a mí me volviera loca beber vino. Fue después (RISAS)

P.- Después si que has empezado a beberlo o ¿Cómo sumiller no lo bebes?

R.- Cuando es cata, realmente no se traga absolutamente nada, cuando comparto ratos con la gente cercana sí que bebo y además es un placer.

P.- ¿Qué habéis aportado vosotras a este mundo?

R.- Buen hacer, como en casi todos los terrenos porque es cierto que ahora hay muchísimas mujeres enólogas que se han formado a conciencia y que realmente están haciendo grandísimos vinos. Es que hay muchísimas mujeres al frente de bodegas, pero además de bodegas muy potentes.

P.- Ha cambiado el mundo profesional del vino, pero también ha cambiado el mundo de los clientes. ¿Bebemos ahora las mujeres?

R.- Absolutamente. Y además tienen muy buen gusto porque cuando son mesas de mujeres es que realmente beben muy bien.

P.- ¿Quiénes piden mejor los vinos, las mujeres o los hombres?

R.- Ahora mismo ya, hombres y mujeres beben muy muy bien.

P.- ¿Y quienes se emborrachan más?

R.- Las mujeres por es por un tema físico de nuestro cuerpo, que podemos asumir un poco menos de alcohol que los hombres. Pero como somos muy prudentes, pues no se emborracha nadie.

P.- ¿Hace falta gastarse mucho dinero para beber bien?

R.- Hoy afortunadamente no. El incremento en la calidad tanto en la viña como en la bodega ha sido increíble.

P.- ¿Y qué ha significado para ti ser la mejor sumiller de España?

R.- Bueno (risas), eso es muy relativo. Pero son reconocimientos que te llegan un poco al corazón, bueno, te llegan mucho al corazón. Y bueno, al final son premios a la constancia, al esfuerzo y de verdad que muy compartido siempre con mis compañeros de profesión, amigos y familia.

En cuanto a su percepción de la mujer en España, María José es muy optimista: "Yo veo a la mujer bien porque somos mujeres felices, alegres, que nos gusta tener nuestro trabajo, nuestra independencia, estar guapas, arreglarnos, pero sobre todo porque somos alegres, somos buenas amigas. Estamos muy unidas".

Sin embargo reconoce que aún hay cosas por hacer. "Hay cierta profesiones en las que sí creo que la mujer sigue un poco discriminada. Hay cosas en las que se tendría que mejorar y ojalá se siga apoyando cada vez más a la mujer ay a las mujeres que están más desfavorecidas. Ojalá. Como digo yo: funcionamos diferente, pero somos iguales".