Advertencia
La carta que Patricia, exmujer de Mario Vargas Llosa, envió a Isabel Preysler: “Eres un capricho más”
La colaboradora y periodista Pilar Vidal, revela la existencia de una carta en poder de Isabel Preysler, donde Patricia le advierte: “que no se tome en serio las intenciones del Nobel”.
Al parecer Patricia al conocer la relación del escritor con Isabel intentó contactarla vía telefónica en varias ocasiones, pero al no obtener respuesta decidió escribirle una carta, según explica la periodista Vidal. En ella, la exmujer le pide que: “No desvele su relación con el escritor” porque y según la periodista Pilar: “lo ha hecho más veces” con otras mujeres. En esa misma carta, Patricia le confiesa la realidad de su relación con Mario: “Aunque el matrimonio pueda parecer roto, lleva roto muchos años, porque él tiene como costumbre desaparecer un mes con una mujer”.
Pilar que ha tenido acceso a la carta por fuentes cercanas a Isabel, comenta que Patricia le confiesa a Isabel: “Las continua infidelidades consentidas en su matrimonio y que no se tome en serio las intenciones del Nobel, porque cree que es un capricho más”.
Isabel nunca respondió la carta de la exmujer de Vargas Llosa
La periodista Vidal también cuenta que esta carta que tiene Isabel guardada nunca fue contestada, y que esas advertencias tampoco fueron tomadas en cuenta, por lo que Isabel decide hacer pública la relación en una revista y contarle a Mario las llamadas insistentes de su exmujer.
De las múltiples infidelidades de Mario, Pilar narra la que tuvo con su propia cuñada con la que se fugó a Londres después de perder las elecciones en Perú. Por lo que Patricia y su hermano se vieron en la necesidad de viajar hasta allí para evitar un escándalo mayor.
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Además de los detalles de la carta, Vidal enumera las rutinas del escritor en los ochos de relación con Isabel. Al parecer contaba con un mayordomo que le preparaba la ropa y le ayuda a vestirse, también con una cocinera: “Que le preparaba el desayuno los lunes con lentejas”, y un peluquero que llevaba un champú especial. Por último, Pilar cuenta una de las peticiones diarias del del Nobel con Isabel: “Que le arropara y le diera un beso de buenas noches con la luz apagada, antes de dormir”.