Caso Traspinedo

¿Por qué la jueza dejó en libertad al sospechoso de la muerte de Esther López?

Los indicios contra Óscar S., investigado por la muerte de la joven en Traspinedo (Valladolid), no son suficientes para decretar su ingreso en prisión.

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"Las sospechas que pueden recaer sobre el investigado no son suficientes" para ordenar su ingreso en prisión. Es una de las tres razones por las que la jueza de Valladolid no envió a la cárcel a Óscar S. el pasado lunes. El investigado declaró ese día ante la magistrada que investiga la muerte de Esther López en Traspinedo el pasado mes de enero. Quedó en libertad sin ninguna medida cautelar contra él: ni retirada de pasaporte ni obligación de comparecer periódicamente en el juzgado.

En un gesto poco habitual, el juzgado de instrucción número 5 de Valladolid ha hecho público el auto por el que rechazaba cualquier tipo de medida cautelar contra el sospechoso. La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, había solicitado prisión provisional para Óscar S. o libertad bajo fianza de 60.000 euros. La Fiscalía se opuso y la jueza hizo suyos sus argumentos.

La magistrada no sólo cree que los indicios contra el investigado no son suficientes para mandarle a prisión. También señala que ni siquiera se sabe con certeza qué ocurrió la madrugada del 12 al 13 de enero en la que falleció Esther López. "No existe un relato de cómo sucedieron los hechos, lo que existen son indicios o sospechas que obligan a seguir investigando la desaparición y muerte" de la víctima, añade la jueza en su auto.

La investigación de la Guardia Civil ha determinado que Esther López, de 35 años, falleció atropellada. Las heridas no eran necesariamente mortales, pero las bajas temperaturas y la ingesta previa de alcohol y drogas por parte de la víctima, unido a la falta de auxilio, condujeron al fallecimiento. El cuerpo fue encontrado tres semanas después en la cuneta de la carretera de acceso a Traspinedo, en la provincia de Valladolid.

Óscar S. fue, que se sepa, la última persona que estuvo con Esther antes de morir. Circulaban en el coche del sospechoso cerca de su vivienda cuando, según su declaración, ella se bajó tras discutir con él porque el hombre no quería continuar de copas. Ocurrió en torno a las tres de la madrugada. Él asegura que se marchó a su casa mientras Esther se quedaba en la carretera.

El principal investigado siempre ha mantenido una versión similar sobre lo ocurrido aquella madrugada. Pero los posicionamientos de su teléfono móvil, la geolocalización del vehículo e incluso el contador de pasos de su reloj ponen en duda su declaración. Aunque no lo suficiente para que la jueza crea que existen sospechas acreditadas.

La magistrada destaca además que "el investigado no puede interferir en las diligencias de investigación ni tiene acceso a la nube de su teléfono, en la actualidad intervenido por los agentes". Es decir, no puede entorpecer la investigación que realiza aún la Policía Judicial de la Guardia Civil de Valladolid y la Unidad Central Operativa

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