Solemos pensar en ellos como un dulce capricho al que hay que renunciar para conservar la línea, pero lo cierto es que los helados nos aportan numerosos nutrientes. "Minerales, lactosa, y son beneficiosos para los huesos. Nos aportan energía, a parte de ser refrescantes en esta época del año", indica la nutricionista Yadila Martínez.
Los que se elaboran artesanalmente y con productos naturales tienen bajo contenido en grasas. Su base se prepara con leche o yogur natural, por lo que se convierten en una importante fuente de calcio. La fruta que se les añade aportará vitaminas, azúcares y un delicioso sabor.
En el proceso de elaboración se emplea más de hora y media. Pasteurizan la base, baten, reducen la temperatura hasta alcanzar la cremosidad adecuada y mezclan con frutos secos o trozos de fruta. Una vez en casa, "se debe sacar unos 10 minutos antes del congelador para que afloje un poquito. Tampoco tiene que aflojar demasiado porque se vuelve a congelar y se hace escarcha", apunta el maestro heladero Miguel Gómez.
Sin embargo, hay quien prefiere disfrutar de ellos en un agradable paseo bajo el sol. Otro beneficio más es que el chocolate o el azúcar producen endorfinas, las hormonas del placer, por lo que los helados nos hacen más felices.