Coronavirus

El caso de un hombre que dio positivo en coronavirus durante 232 días

Este caso no es la primera evidencia de que el virus puede permanecer activo durante más tiempo del esperado.

El caso de un hombre que dio positivo en coronavirus durante 232 días

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Un hombre de 38 años ha dado 232 días positivo en coronavirus. El paciente tenía unos 40 años y se había sometido a un tratamiento agresivo contra el cáncer antes de contraer la COVID-19.

El paciente se sometió a pruebas semanales que detectaron la persistencia de la infección, y se secuenciaron periódicamente muestras del virus para demostrar que no se trataba de un caso de reinfección y que el virus no sólo seguía replicándose, sino que estaba mutando.

Se trazaron las estrategias utilizadas por el virus para escapar del sistema inmunitario durante la infección, mostrando que la carga viral disminuía cuando había más anticuerpos neutralizantes, y que el virus era capaz de burlar las defensas del organismo para volver a acumular la carga. El ciclo se repetía, forzando la producción de más anticuerpos hasta que la carga viral volvía a reducirse.

El caso fue documentado por investigadores del Instituto Pasteur (Francia), la Universidad de Sao Paulo y la Fundación Oswaldo Cruz (Brasil). "De los 38 casos que rastreamos, dos hombres y una mujer fueron atípicos en el sentido de que el virus se detectó continuamente en su organismo durante más de 70 días", explica Marielton dos Passos Cunha, primer autor del artículo, que se ha publicado en la revista científica 'Frontiers of Medicine'.

No es el primer caso

Esta no es la primera evidencia de que el virus puede permanecer activo durante más tiempo del esperado. A principios de 2021, otros investigadores brasileños informaron de casos similares.

Analizaron 29 muestras de secreción nasofaríngea de pacientes que dieron positivo en la prueba de COVID-19 al décimo día de la aparición de los síntomas y las inocularon en células cultivadas en el laboratorio. En el 25 por ciento de los casos, los virus presentes en las muestras eran capaces de infectar las células y replicarse in vitro. Por tanto, en teoría, otras personas podrían infectarse si entraran en contacto con las gotitas de saliva expulsadas por el 25 por ciento de estos pacientes en el momento de la recogida del material.

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