El reflejo de los escaparates nos llama para entrar en las tiendas y comparar tallas o colores que encajan que nos gustan. Muchas personas entran, preguntan e incluso se prueban el producto, pero no compran; toman nota y cuando llegan a su casa, lo encargan por Internet.
Ropa, libros o electrónica casi siempre son más baratos online, pero la gente prefiere probarlo en persona. Es una tendencia en auge a la que ya han dado nombre: Showrooming.
Tan sencillo como aprovechar la Red para compra lo que hemos visto en la tienda. La guerra se ha disparado. En Australia un comerciante ha colocado un cartel en su tienda en el que advierte que los clientes que sólo miren tendrán que pagar cinco dólares. Y ya cobran entrada algunas zapaterías de Estados Unidos.