En una evaluación interna sobre el rescate de Grecia, el Fondo subraya que, como consecuencia del programa de ayuda acordado con la 'troika', la economía helena ha registrado una recesión "mucho más profunda de los esperado con un desempleo excepcionalmente elevado".
En esta línea, también admite que se ha logrado restaurar la confianza de los mercados, que el sistema bancario ha perdido el 30% de sus depósitos y que la deuda pública ha permanecido demasiado elevada, lo que obligó a su reestructuración y provocó daños colaterales en los balances de los bancos, que ya estaban debilitados por la recesión.
Asimismo, el organismo dirigido por Christine Lagarde subraya que, aunque la competitividad ha mejorado en cierta medida por la caída de los salarios, las reformas estructurales se han estancado y no se han logrado alcanzar mejoras en la productividad.
"Hubo previsiones demasiado optimistas sobre Grecia"
Pese a ello, el informe también subraya que el programa de rescate ha logrado "notables" éxitos. En concreto, subraya que ha permitido que, tal como deseaba el país, Grecia permanezca en la zona euro, llevar a cabo una "fuerte consolidación fiscal" y situar el sistema de pensiones en una senda "viable".
Asimismo, también incide en que los riesgos de un contagio que podría haber tenido "efectos graves en la economía global" se ha contenido "relativamente bien", gracias también al apoyo de los esfuerzos multilaterales para crear "cortafuegos".
Respecto a las condiciones recogidas en el programa, considera que su orientación general fue "apropiada", ya que un rápido ajuste fiscal era "inevitable" y las medidas para impulsar la competitividad y las reformas estructurales eran "esenciales" para apoyar la reducción del déficit.
Sin embargo, reconoce que la capacidad para implementar las reformas fue "sobrestimada", y cree el hecho de que el comportamiento de la economía griega fuera mucho peor de lo esperado se ha debido, además de a factores exógenos, a unas previsiones "demasiado optimistas". Por otro lado, el informe subraya que dado, el peligro de contagio, el programa de rescate era una necesidad, pese a que admite que el Fondo tenía dudas acerca de la sostenibilidad de la deuda.
El FMI reconoce que hubo "tensiones entre la necesidad de apoyar a Grecia y la preocupación de que la deuda no fuera sostenible con alta probabilidad", una de las condiciones que impone el FMI para las ayudas. Por este motivo, señala que se modificó el criterio de acceso excepcional para bajar el listón de sostenibilidad de la deuda e incluir "casos sistémicos"