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Isabel Preysler e Íñigo Onieva están viviendo realidades muy diferentes: ella saliendo a cenar… ¡Y él en el gym!

Mientras la madre de la marquesa de Griñón sale a cenar a lugares exclusivos, él está en el gimnasio tratando de recuperar la figura que tenía antes de Navidad. Además, Dani Carande ha contado en exclusiva en qué punto está la pareja ahora mismo.

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Muy sonriente hemos visto a Isabel Preysler tras salir a cenar con unos amigos a un exclusivo restaurante de la capital. A 11 días de cumplir 73 años la socialité está feliz y disfruta de su soltería.

Y, mientras la suegra se divierte, el yerno sufre en el gimnasio. Iñigo Onieva se es a punto sus abdominales, una tableta que últimamente ha estado escondida debido a la buena vida.

Y es por eso por lo que el marido de la marquesa de Griñón ha empezado la semana a tope. Se acerca el verano y la temporada de bodas y el empresario quiere recuperar su esbelta figura.

Por todos es sabido que a la pareja le encanta hacer viajes y presumir de todo lo que comen, pero la dieta de Íñigo no es la misma cuando come con Tamara que cuando lo hace con sus amigos.

Tanto es así que, tras el parón navideño, el matrimonio se fue a pasar unos días a un resort donde se sometieron a diversos tratamientos de depuración y adelgazamiento. Aunque esta no era la primera vez que Tamara se sometía a una dieta estricta para adelgazar, ya lo hizo antes de su boda.

Dani Carande ha hablado con el entorno de la pareja que ha desmentido en exclusiva los rumores de crisis entre la pareja y ha asegurado que Íñigo Onieva sigue usando su piso de soltero como despacho.

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