Continúa el 'ojo por ojo' en Plasencia tras la muerte de la niña de 2 años alcanzada por una bala: "Si nos pasa algo, han sido ellos"

La muerte de una niña de apenas dos años alcanzada por una bala perdida en Plasencia ha desatado una ola de violencia que no cesa. Lo que comenzó como un trágico accidente ha derivado en una espiral de amenazas, incendios y ataques intimidatorios que mantienen en vilo a una familia entera, señalada por el entorno del clan gitano de la menor como vinculada a los responsables del tiroteo. “Si matan a Dani o a alguno de mis hijos, se quedarán tranquilos. Quieren la justicia de ellos y la justicia de los jueces”, dice María, una de las víctimas que no duerme desde hace semanas.

El dolor por la pérdida ha desgarrado a una comunidad entera, pero también ha encendido la mecha de una venganza que, según los testimonios recogidos, se ha convertido en un auténtico infierno para los señalados.

“No quiero venganza, solo justicia”, nos decía el padre de la pequeña fallecida en exclusiva hace unas semanas. Sin embargo, esa calma inicial no fue compartida por todos. Su propio hermano, el tío de la menor, declaraba sin rodeos: “Ojo por ojo, diente por diente”.

Unos días más tarde, las palabras se transformaron en hechos. El titular heló la sangre en Badajoz: “Detenido el padre de la niña de dos años que murió en un tiroteo en Plasencia, por intentar quemar una casa con personas dentro”.

Y no fue el único ataque. En los últimos días, el patrón se ha repetido. En una vivienda donde reside un matrimonio con tres hijos menores, la amenaza ha sido constante y el miedo, persistente.

“No pegamos ojo. Vivimos con miedo. Nos han vuelto a amenazar con el padre y el hijo que están presos"

"Han dicho que cuando salgan nos van a matar.Si nos pasa algo, han sido ellos”, afirman con lágrimas en los ojos desde el domicilio atacado, donde aún pueden verse las marcas del fuego.

Nuestro compañero Miguel Ángel Silva ha estado con la familia amenazada y les ha reproducido una escalofriante amenaza, enviada por uno de los implicados, a uno de los integrantes de la familia hostigada:

“Dani, escúchame, que soy yo, Ramón. Más vale que mañana salgas de aquí, ¿vale? Te doy hasta mañana, 24 horas, para que recojas toda la ropa tú, tu mujer y tus hijos. Te estoy avisando por las buenas. El otro día he visto al Dani y me han entrado ganas de morderle, meterle un cuchillo y atravesarlo. Mañana, después de comer estoy ahí en la puerta de tu casa, y voy a entrar si hace falta en tu casa. Como estés ahí, las vas a pagar todas Dani, las van a pagar los niños, el Sergio, las vas a pagar ¿eh?”

La familia de María vive sumida en el pánico desde hace semanas. Una de las noches más terribles ocurrió hace solo cinco días, cuando volvieron a intentar incendiar la casa mientras dentro dormían cinco personas: el matrimonio y sus tres hijos.

“La puerta cedió por el fuego. Nos asomamos por la terraza y eran ellos: Ángel, Ramón e Iván”, aseguran. “A la 1 de la mañana nos dijeron que nos iban a tirotear. Nosotros no tenemos nada que ver con el tiroteo que hubo. Quien haya sido, que lo pague, pero nosotros no”.

La familia está atrapada. No tienen medios para marcharse, ni seguridad para quedarse. Han denunciado los hechos. María afirma que ha ido a los juzgados a interponer las denuncias pertinentes, y que “tengo una orden de alejamientocontra todos ellos, pero los dejaron en libertad con cargos”. “Si no son ellos, van a mandar a cualquier persona”, alerta la mujer.

“Si matan a Dani o a alguno de mis hijos, se quedarán tranquilos”

El miedo es ya una rutina. La justicia, por ahora, no ha dado respuestas suficientes para frenar una situación que amenaza con salirse aún más de control. Mientras tanto, la familia continúa encerrada, con el sonido del fuego aún presente en su memoria, y la certeza de que, cada día, alguien puede venir a ajustar cuentas por algo que, aseguran, no hicieron.

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