Ola de calor

¿Cómo protegernos de las altas temperaturas? Consejos para evitar un golpe de calor

El calor ya está aquí y con él las primeras consecuencias: sofocos, mareos, dolor de cabeza... y una serie de síntomas que si empeoran pueden llegar a ser muy peligrosos. Por eso es importante evitar las horas de máximo calor y hacer caso a los consejos de los expertos, para así sobrevivir de la mejor manera a la época estival.

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Probablemente la frase que más se escucha estos días es: ¡Qué calor! El verano y las altas temperaturas ya están aquí, y vuelven a ser uno de los temas más recurrentes en todas las conversaciones. En muchas ciudades la ola de calor es extrema, así que en Espejo Público hemos hablado con un experto para que nos cuente los mejores consejos para sobrellevarla.

El cuerpo nos avisa antes de sufrir un golpe de calor

Antes de sufrir un golpe de calor hay varios síntomas que podemos reconocer si escuchamos bien a nuestro cuerpo. “Tenemos dolores de cabeza, mareos, podemos incluso tener vómitos o perder el conocimiento. EL cuerpo nos avisa”, asegura César Carballo, adjunto al servicio de urgencias del hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Ante los primeros síntomas: tres pasos a seguir

Ante estos síntomas debemos realizar tres pasos para intentar regular nuestra temperatura corporal y evitar así efectos más severos. El golpe de calor es un fallo de nuestro sistema a la hora de eliminar el calor sobrante, así que lo principal es alejarnos de la fuente de calor, según indica Carballo. El segundo paso es hidratarse bien, beber agua para evitar la deshidratación producida por el calor, y, posteriormente “intentar bajar la temperatura corporal. Por ejemplo, dándose un baño, aunque no hace falta que sea con agua helada”, también sirven las compresas frías para reducir la temperatura de nuestro cuerpo, asegura el experto.

Aumentan las urgencias por calor

Con el verano tanto en los centros de salud como en lo hospitales aumentan los pacientes que acuden con síntomas de sufrir un golpe de calor o deshidratación, “en cuanto empieza a haber temperaturas por encima de los 38/40º sí lo notamos”, confirma Carballo, quien alerta de la importancia de revisar la medicación que se toma en época estival: “Con el calor sabemos que la tensión arterial baja, y a veces seguimos tomando las mismas pastillas que en invierno”. Hay que tener especial cuidado con los antihipertensivos y también con los diuréticos, y consultar a nuestro médico cuando la tensión arterial esté por debajo de cien.

Niños y ancianos: los más vulnerables

Nadie se libra de poder sufrir las consecuencias de las altas temperaturas, pero es importante tener especial cuidado con aquellos que tienen dificultades para pedir agua, principalmente niños muy pequeños y personas mayores con demencia, ya que “tienen alterados los mecanismos de la sed o directamente no pueden pedir líquidos”, por ello es mucho más frecuente en ellos la deshidratación en verano. Aunque, según Carballo los golpes de calor se ven frecuentemente también en gente joven “que sale a hacer ejercicio en horas centrales del día, y, sobre todo, en gente que está trabajando con estas temperaturas. Los efectos de calor en gente no relativamente mayor pueden ser fatales también”.

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