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141 MILLONES MALVERSADOS

Así funcionaba la trama de los ERE explicada paso a paso

Después de varios años de instrucción, millones de euros defraudados y cientos de imputados, el Tribunal Supremo ha abierto una causa contra los ex presidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán por el caso de los ERE irregulares. Pero, ¿sabemos cómo se llevaba a cabo el fraude?.

Para entender en qué consiste el fraude de los ERE hay que remontarse hasta 2001 con Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía. Aquel año, se incluye en los presupuestos generales una partida, la 31L, conocida luego como "fondo de reptiles", con 721 millones de euros. Un dinero destinado, en teoría, a subvencionar empresas con dificultades o con EREs y potenciar las prejubilaciones que requerían la contratación de una póliza de seguro. Estos son los tres spuntos claves de la trama.

En julio de 2001, la Junta decide que esos 721 millones de la partida 31L los gestione una empresa externa. Pública, pero con funcionamiento autónomo. La idea era dar mayor agilidad al reparto de las ayudas. Pero en la práctica, lo que suponía es que el interventor general de la Junta no tenía control alguno sobre ese dinero. Así las cosas, alguien pensó. Si tenemos una tarta tan grande y fácil de cortar, ¿por qué no quedarse con un trozo de pastel?. Y así fue. Al menos 141,5 millones pasaron directamente al bolsillo de un buen puñado de interesados, principalmente cargos y militantes socialistas, sindicalistas, consultores, abogados, más algunos de sus familiares y amigos.

Pero, ¿cómo hacerlo?. Muy sencillo. Cortando ese trozo de pastel en otros tres trozos. El primero, el de las subvenciones fraudulentas. El primer objetivo del fondo original era ayudar a empresas en dificultades, por eso casi 74 millones fueron a parar a compañías que no necesitaban ayuda en absoluto o que, directamente no existían.

El segundo trozo del pastel, las prejubilaciones falsas, los llamados "intrusos". La Junta quería potenciar las prejubilaciones en los procesos de ERE, pues los ideólogos de la fama lo potenciaron, y mucho. Hasta el extremo de incluir a personas que nunca habían trabajado en las empresas de las que se estaban prejubilando. En total 183 "intrusos" y cerca de 18 millones malversados.

Por último, el de las sobrecomisiones que cobraban las consustoras implicadas en la trama. De cara a la galería estas consusltoras asesoraban a la Junta en lo relativo a las pólizas de seguro de los prejubilados en los ERE. La estafa consistía en cobrar por estos servicios comisiones infladísimas de hasta el 25 por ciento a sabiendas de los implicados dentro de la Junta, los que luego se repartían el dinero.

 

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