Del azafrán ya se conocían sus propiedades como antiinflamatorio pero un estudio del Jonsson Comprehensive Cancer Center de UCLA, en Estados Unidos, ha descubierto que además su principal componente, la cúrcuma, podría prevenir el desarrollo del cáncer en la cabeza y el cuello.
"El hallazgo más importante de este estudio fue que nos muestra que la cúrcuma puede trabajar en la cabeza y cuello de los pacientes con cáncer maligno y reducir la actividad que promueve que crezcan", declaró Marilene Wang, cirujana de cabeza y cuello y principal autora del estudio que llevó a cabo el UCLA.
El estudio piloto encontró que esta especia, altamente consumida en algunos países como la India, también suprime el patrón de células relacionado a una reducción del número de unas moléculas pro inflamatorias en la saliva.
El azafrán es una especia ampliamente utilizada en la gastronomía de Oriente Medio y el sur de Asia, culturas en las que por muchos años se han conocido además sus propiedades como antiinflamatorio y cuyo poder para detener ciertos tipos de cáncer ya había sido comprobado en otras investigaciones.
"Creemos que la cúrcuma puede ser combinada con otros tratamientos, como quimioterapia y radiación, para tratar el cáncer de cuello y cabeza", aseveró la especialista. Asimismo, la experta no descartó que la especia pueda ser utilizada además de forma preventiva en personas con un riesgo más alto de padecer de estos tipos de cáncer, como los fumadores, quienes mastican tabaco, o aquellas personas que han tenido algún tipo de cáncer oral.
Los expertos indicaron que para que la cúrcuma tenga un efecto en el tratamiento contra el cáncer debe ser ingerida en forma de suplemento y no en las cantidades utilizadas al cocinar con azafrán.