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CÁRCEL DE MÁXIMA SEGURIDAD

Guantánamo cumple diez años pese a la promesa de cierre de Obama

Encarcelados en jaulas bajo el sol, con cadenas en las manos y en los pies, casi siempre encapuchados y privados de todo derecho. Así es como viven los presos de Guantánamo. Y por este calvario ya han pasado 779 detenidos en diez años.

Enclavada en el sur de la isla de Cuba, esta prisión de máxima seguridad fue inaugurada poco después de los atentados del 11-S con el fin de combatir el terrorismo. Dentro de Guantánamo la tortura, la coacción, las vejaciones y el maltrato han sido la base de su política penitenciaria durante sus diez años de existencia. Todo vale, con tal de que los supuestos terroristas confiesen.

Moazzam Begg, exdetenido en Guantánamo, explica que "esta es una historia de personas detenidas sin cargos ni juicio durante una década por la nación más poderosa y democrática del mundo, que habla de la libertad". Sabe bien de lo que habla. Durante dos años tuvo que padecer el infierno de Guantánamo, hasta que fue puesto en libertad.

Como Moazzam en su día, detrás de esas vallas, hay todavía 171 prisioneros. Casualmente, todos sus reclusos han sido extranjeros, excepto uno, obligado, poco después, a renunciar a su nacionalidad estadounidense. Una docena de ellos, no superaba los 18 años.

Tom Parker, de Amnistía Internacional, sostiene que "Estados Unidos critica a los gobiernos y los regímenes de todo el mundo por hacer exactamente lo mismo que han hecho ellos en prisiones secretas y en Guantánamo".

En enero de 2009, apenas dos días depués de jurar el cargo, Barack Obama prometió su cierre. Ya han pasado tres años desde aquel día, el mismo en el que fue mucho más fácil para el presidente de Estados Unidos dar su palabra, que cumplirla.

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