La decisión del tribunal evita que Sakineh Mohamadi Ashtiani lapidada, pero no que sea ejecutada, ya que el asesinato en Irán es castigado con la horca. "La cuestión no debe ser politizada. El Poder Judicial no se puede dejar influir por la campaña de propaganda emprendida en Occidente", agregó.
Meses atrás, el abogado de la acusada, Mohamad Mostafei afirmó que Ashtiani, de 43 años, había sido condenada por adulterio y que sería ejecutada por lapidación.
La pena despertó una oleada de críticas y protestas internacionales contra Irán, lo que obligó al régimen a suspender la sentencia y afirmar que se encontraba bajo revisión.
Una mujer, a la que la televisión estatal identificó como la propia Ashtiani, confesó en la pequeña pantalla días atrás haber mantenido una relación fuera del matrimonio con un hombre y haber participado en la muerte de su marido.
La supuesta condenada criticó, asimismo, la campaña emprendida por su abogado. El régimen iraní acusó la semana pasada al letrado de haber aprovechado, en beneficio propio, el interés mundial que desató el caso para pedir asilo político en Noruega, donde se encuentra con su familia.
El caso también ha abierto una agria polémica en el seno delrégimen iraní, con declaraciones contradictorias entre el ejecutivoy el Poder judicial. La semana pasada,el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, reiteró que no existía la condena a muerte y que se trataba, igualmente, de propaganda, pero luego comparó su caso con el de Teresa Lewis, la mujer que el pasado jueves fue ejecutada en Estados Unidos por undelito similar.